Aunque los pies son una de las partes del cuerpo que menos se ve, su cuidado puede ser indispensable para evitar la proliferación de bacterias y hongos. Además, su apariencia suele ser importante para varias personas, pues representan el cuidado personal de algunas personas.

Los callos suelen ser uno de los problemas que afectan la estética y salud de los pies. Estos provocan inseguridad y, tenerlos, limita a utilizar calzado abierto por la incomodidad y pena que estos pueden ocasionar.

De acuerdo con Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, “los callos y callosidades son capas duras y gruesas de piel que aparecen cuando la dermis intenta protegerse de la fricción y la presión”.

Los callos se caracterizan por un aspecto amarillento y seco. Así mismo, pueden ser dolorosos cuando se ejerce presión sobre ellos. Los expertos suelen señalar que, si se presenta este último síntoma, se debe acudir al médico para que este examine el área.

En cuanto a las causas de la aparición de los callos, la mayoría de las veces se presentan por usar calzado que no se ajusta bien, según el portal especializado en salud Medline Plus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

Otros factores que producen esta afección son caminar descalzo frecuentemente, llevar a cabo algún deporte que involucre movimientos repetitivos y no usar medias para proteger los pies del calzado.

Existe una variedad de métodos para eliminar los callos de los pies. Entre estos, es posible acudir a un podólogo que ayude, bajo tratamientos específicos, a quitar el padecimiento sin dolor y con elementos especializados para ello.

También es posible preguntar al médico por el uso de remedios caseros que pueden contribuir a la eliminación de este problema. Por ejemplo, el portal especializado Mejor con Salud explicó que es posible aminorarlos con cebolla y vinagre blanco.

Para utilizar estos dos ingredientes con este propósito se requiere: una cebolla, medio vaso de vinagre blanco (100 ml), algodón, piedra pómez, calcetines viejos y papel film o transparente.

Preparación y uso:

1. En un recipiente limpio verter el vinagre.

2. Cortar tres rodajas de cebolla y agregarlas al vinagre.

3. Esperar a que las rodajas se remojen durante toda la mañana o tarde.

4. Transcurrido el tiempo, coger un poco de algodón, humedecerlo con la solución y aplicarlo en la zona afectada.

5. Cubrir los pies con papel film y ponerse las medias.

6. Dejar durante un largo periodo de tiempo o toda la noche, si es posible.

7. Al retirar el papel, lavar los pies como normalmente se hace.

8. Raspar los callos suavemente con la piedra pómez.

9. Repetir el procedimiento dos veces a la semana si es necesario para que los callos se ablanden y la piel quede lisa.

Ahora bien, existen distintos tipos de callos que se deben distinguir para poder tratarlos, por ello, Cuidate Plus explica detalladamente cada uno de ellos:

  • Callos duros: este tipo de callos es el más común y suele aparecer en las falanges de los dedos, en la parte superior, puntas y entre los dedos de los pies.
  • Callos blandos y suaves: este tipo de helomas aparece por lo general entre los dedos de los pies y se diferencia de los callos duros porque tienen una consistencia gomosa y lechosa que se debe a la excesiva humedad de los pies.