Los callos y callosidades son capas duras y gruesas de piel que aparecen cuando la piel intenta protegerse de la fricción y la presión, de acuerdo con Mayo Clinic.
Los callos son más pequeños que las callosidades y tienen un centro duro rodeado de piel inflamada. Los callos suelen desarrollarse, sobre todo, en la parte de los pies que no soporta peso, como las puntas y los costados de los dedos, e incluso entre los dedos. Los callos pueden ser dolorosos cuando se ejerce presión sobre ellos.
Tenga en cuenta que si un callo se vuelve muy doloroso o se inflama es importante consultar a un médico para que este examine los pies y descarte otras causas del engrosamiento de la piel, tales como verrugas y quistes.
La entidad sin ánimo de lucro explica que la presión y la fricción causadas por acciones repetitivas hacen que los callos y las callosidades aparezcan y crezcan como, por ejemplo:
- Usar zapatos que no calzan bien. Los zapatos ajustados y de tacón alto pueden comprimir algunas zonas del pie. Cuando el calzado queda flojo, el pie puede resbalarse varias veces y frotarse contra el zapato. El pie también puede frotarse contra una costura o una puntada que esté dentro del zapato.
- No usar medias. Usar zapatos sin medias puede producir fricción en los pies. Las medias que no se ajustan adecuadamente también pueden ser un problema.
- Tocar instrumentos musicales o utilizar herramientas manuales. Las callosidades en las manos pueden aparecer a causa de la presión reiterada que se ejerce al tocar un instrumento musical, al utilizar herramientas manuales o, incluso, al escribir.
De otro lado, el medio Mejor con salud señala que practicar actividades deportivas con movimientos repetitivos, caminar seguido descalzo y no utilizar un zapato adecuado, son algunos de los motivos por los que se producen los callos; sin embargo, el medio español de bienestar dio algunas recomendaciones para este problema.
Remedios caseros
- Sumergir los pies en un recipiente con agua caliente (a una temperatura soportable) durante 10-20 minutos para ablandar la piel dura y callosa.
- Con la piedra pómez, frotar suavemente de un lado a otro de la zona afectada durante 3 o 5 minutos.
- Enjuagar y asegurarse de secar bien los pies con una toalla seca y limpia.
- Aplicar una crema hidratante, deja que se absorba por completo y listo.
Otras formas de cuidado
- Utilizar con cuidado la piedra pómez después de haber sumergido los pies un rato en agua tibia (o caliente a una temperatura soportable) con sal, para eliminar la callosidad y retirar las células muertas de la piel.
- Dejar de usar calzado estrecho, apretado a diario.
- Darle siempre preferencia al calzado acolchado, lo suficientemente amplio y cómodo.
- El uso de aspirina para frotar las callosidades no es recomendable. Aun cuando esto se indique a nivel popular, esta recomendación no tiene validez científica y, al igual que los productos ya mencionados, pueden causar perjuicios.
Es importante mencionar que estos cuidados se deben realizar poco a poco para ir notando un cambio en las callosidades que se tengan.