El diagnóstico prematuro del cáncer es la mejor manera para evitar que un paciente con esta enfermedad padezca complicaciones de gravedad en el futuro. A menudo, suelen pasar desapercibidos síntomas leves, sin saber que son el indicio de una complicación cancerígena.
Con base en el informe ‘Programa Acelerar, Coordinar, Evaluar: un nuevo enfoque para el diagnóstico del cáncer’, realizado por un grupo de expertos de Cancer Research UK, se dieron a conocer los síntomas que advierten un posible desarrollo cancerígeno en el organismo. En primer lugar, los especialistas apuntan a que en el imaginario de la gente, se tiende a relacionar esa enfermedad con un desenlace fatal; pero no es así y en especial esa idea se cae cuando es posible tener un diagnostico anticipado.
En realidad, la mayoría de pacientes con esta condición han podido tener resultados favorables por el tratamiento que se lleva a cabo gracias al diagnóstico anticipado, el cual impide el desarrollo del tumor para que su extracción sea sencilla.
Antes de ese proceso, la forma de suponer que una persona tiene cáncer es mediante ciertos síntomas leves, pero anormales. Los expertos consideran que no deben ser ignorados, sino que es necesario acudir ante un especialista de salud.
El primer síntoma es la pérdida inexplicable de peso. Gran parte de las personas con cáncer deben experimentar una reducción en su peso corporal en cierto punto, es un hecho inevitable. Sin embargo, notar una desestabilización corresponde a una señal de alarma para ir a un médico y realizarse un chequeo.
Por otro lado, la fiebre es otro síntoma alarmante. Los expertos no apuntan a una leve o que viene acompañada por una infección; sino que hacen referencia a aquellas que aparecen sin razón alguna y se mantienen prolongadas por periodos irregulares.
De la mano con este factor, la tercera señal de alarma es el cansancio extremo. Así como el cambio drástico de peso es un síntoma extraño, no tener nunca energía o sentir que se pierde a la mínima acción también lo es. Un síntoma del cáncer es tener la sensación de estar cansado en todo momento, así uno no haya hecho un gran esfuerzo.
Desde el punto de vista dérmico, el cáncer se hace notable en la piel. El grupo de investigadores asegura que esto no solo aplica para cáncer en esa zona, sino que puede corresponder a una sintomatología adyacente. Por ejemplo, las señales de alarma relacionadas a este punto son: hiperpigmentación (oscurecimiento en la piel), ictericia (coloración amarillenta en la piel y ojos), eritema (enrojecimiento) y prurito (picazón incontrolable).
Además del cambio de color, la alteración de la textura es igual de preocupante. Muchos tipos de cáncer pueden palmarse, tales como el de seno, testicular, ganglios linfáticos o tejidos blandos del cuerpo. Por lo tanto, notar bultos en ciertas zonas debe ser algo de máxima atención.
El estreñimiento, la diarrea o un cambio en el tamaño de las heces fecales por un tiempo prolongado puede que sea un signo de cáncer de colon. De igual forma, sentir dolencias al orinar, presencia de sangre en la orina o inflamación en la vejiga también son factores de riesgo a los que hay que prestarles atención, en especial por la relación que guardan con tumores en la vejiga o próstata.
Uno de los síntomas particulares son las heridas que no cicatrizan. Las personas tienden a pensar que esto se debe a la formación de un lunar, pero no siempre es así. Cuando una herida no cicatriza correctamente, sino que empieza a doler o inflamarse hay que acudir ante un especialista de la salud para esclarecer la situación.
Por otro lado, el sangrado inusual en zonas donde no debería ocurrir es un factor de riesgo. Este síntoma suele ser notable al momento de evacuar, debido a que el excremento sale con sangre, lo cual puede ser un signo de cáncer de color o recto.
La indigestión o dificultad para tragar persistente pueden ser signos de cáncer de esófago (el tubo de deglución que llega hasta el estómago), de estómago o de faringe (garganta).
Por último, otro síntoma que los investigadores mencionan es la tos persistente o ronquera. Una situación de este tipo no debe ser tomada a la ligera; lo aconsejable es tener el diagnóstico especializado.