El cáncer colorrectal es el cáncer que comienza en el intestino grueso (colon) o en el recto (parte final del colon). Otros tipos de cáncer pueden afectar el colon como los tumores carcinoides, linfoma, los carcomas y lael melanoma, según el portal especializado en salud, Medlineplus.
A estos cánceres también se les puede llamar cáncer de colon o cáncer de recto (rectal) dependiendo del lugar donde se originen, según el American Cancer Society. Si bien el cáncer en específico se origina cuando las células en el cuerpo comienzan a crecer en forma descontrolada.
En concreto, el cáncer de colon suele afectar a los adultos mayores, aunque puede ocurrir a cualquier edad. Por lo general, comienza como grupos pequeños y no cancerosos (benignos) de células llamados pólipos que se forman en el interior del colon, según la Clínica Mayo.
Síntomas
- Molestia abdominal persistente, como dolor, calambres o gases.
- Una sensación de que el intestino no se vacía por completo.
- Debilidad o fatiga.
- Un cambio persistente en los hábitos intestinales, incluidos estreñimiento o diarrea, o un cambio en la consistencia de las heces.
- Pérdida de peso sin causa aparente.
- Sangrado rectal o sangre en las heces.
Cáncer de colon en adultos jóvenes
De acuerdo al Instituto Nacional del Cáncer, existen alimentos o bebidas que pueden desprender ciertos químicos, lo cual estimulan el crecimiento de bacterias que causan inflamación, un factor que influye en la mutación de las células.
De hecho, un estudio liderado por la National Library of Medicine, realizado por el Centro Oncológico Integral Case, encontró que la mitad de los adultos más jóvenes que presentaban cáncer de colon tenían sobrepeso y el 17 % obesidad.
Por otra parte, se ha detectado que algunas bacterias reclutan células inmunitarias, las cuales en vez de defender al cuerpo parecen contribuir en la multiplicación del cáncer.
Alimentación y prevención
Los hábitos tienen mucho que ver con la aparición de este tumor. Incluso, el 90 % de los casos se podrían evitar cambiando la alimentación, según el portal especializado en salud, Saber Vivir.
Tomar café
- Científicos del Instituto Dana-Farber (EE. UU.) han demostrado que tomar 4 tazas de café al día ayuda tanto a evitar que el cáncer reaparezca una vez ya se ha superado, como a aumentar las posibilidades de curación cuando se sufre.
- Los investigadores suponen que se debe a que la cafeína, la cual mejora la resistencia a la insulina, por lo que el organismo necesita menos cantidad de esta sustancia, y esto, a su vez, reduce la inflamación.
Evitar la obesidad
- Según un estudio de la Universidad de California (EE. UU.), a mayor número de células grasas, sobre todo en la zona del abdomen, más leptina segrega el cuerpo. Y esta hormona dificulta lo que los médicos le dicen como proceso de muerte celular programada o que las células que se mueren sean correctamente reemplazadas por otras sanas y nuevas.
- Como resultado de este proceso, tanto los hombres como las mujeres con obesidad abdominal tenían un riesgo un 52 % más alto de desarrollar cáncer de colon.
- Los investigadores también observaron que, una vez desarrollado el tumor, el riesgo de mortalidad es un 30 % más alto en las personas con obesidad.
Consumir menos carne
- El riesgo sube un 17 % si las personas comen mucha carne roja. Consumir 390 g semanales aumenta el riesgo de cáncer de colon, según el American Institute for Cancer Research. Esto se debe a su contenido en grasas saturadas, que favorecen la rápida proliferación de las células del colon.
- Cabe destacar que el riesgo de padecerlo baja un 43 % si por el contario se consume pescado azul, según el Centro Internacional de Investigación sobre el Cáncer.
- Si bien los omega 3 del pescado azul reducen la inflamación del intestino, además, elevan el colesterol bueno, que actúa como antioxidante.
Aumentar verduras y frutas
Frutas, verduras, cereales y legumbres son los alimentos más ricos en fibra, de la que se debería tomar 30 g al día. Además, se ha demostrado que:
- La fibra del salvado de trigo es la que más protege frente a los adenomas (pólipos adenomatosos), que son los precursores del cáncer colorrectal. En específico, frenan su crecimiento y al aumentar de tamaño es cuando se vuelven malignos.
- La fibra también contiene butirato, unos ácidos grasos de cadena corta que estimulan las defensas para frenar el tumor.