El cáncer de páncreas es una enfermedad que comienza a desarrollarse en los tejidos de este órgano, ubicado detrás de la parte inferior del estómago. Entre sus principales funciones está liberar enzimas que ayudan a la digestión y produce hormonas como la insulina, que trabaja para controlar los niveles de glucosa en la sangre.
De acuerdo con los expertos, en esta área del cuerpo se pueden presentar varios tipos de tumores, incluidos cancerosos y no cancerosos. Según el instituto de investigación Mayo Clinic, el más común comienza en las células que recubren los conductos que transportan las enzimas digestivas fuera del páncreas.
Uno de los aspectos complejos de esta enfermedad es que rara vez se detecta en sus etapas iniciales, cuando es más curable. Esto se debe, principalmente, a que no genera síntomas hasta después de que se ha extendido a otros órganos.
Cuando estas señales se presentan, se reflejan en dolor abdominal que se irradia hacia la espalda, pérdida de apetito o de peso involuntaria, color amarillento en la piel y en la parte blanca de los ojos (ictericia), heces de color claro, orina de color oscuro y picazón en la piel.
También puede ser un síntoma de esta enfermedad cuando a un paciente le han diagnosticado diabetes, pero esta se vuelve muy difícil de controlar. Si hay coágulos sanguíneos y fatiga, se debe prestar especial atención.
Factores de riesgo
Existen varios factores de riesgo que pueden llevar a que la enfermedad se desarrolle, según el centro de investigación Winship Cancer Institute of Emory University, de Atlanta, Estados Unidos.
Uno de ellos es la predisposición genética. Los antecedentes familiares de síndromes genéticos pueden aumentar el riesgo de cáncer. Allí se incluye una mutación del gen BRCA2, síndrome de Lynch y síndrome familiar de melanoma maligno atípico de lunar. Según los especialistas, la incidencia del cáncer de páncreas es un poco más alta en los hombres que en las mujeres.
La edad es otro de los factores que pone en riesgo a las personas. De acuerdo con la mencionada institución, la mayoría de los diagnósticos se realizan entre los 60 y 80 años.
También es importante prestar atención al aumento del índice de masa corporal (IMC). Los especialistas aseguran que existe una correlación entre el aumento del IMC y el desarrollo de la mencionada enfermedad en el páncreas.
Adicionalmente, el tabaquismo puede jugar en contra. La incidencia del cáncer de páncreas en los fumadores es dos veces mayor, en comparación con aquellos que no fuman.
Cuando una persona padece diabetes está en mayor riesgo. La función anormal del páncreas está asociada con el cáncer de este órgano y cuando una persona tiene problemas con sus niveles de azúcar, en muchas oportunidades no produce cantidades adecuadas de insulina.
Un factor de riesgo más es la pancreatitis, que es la inflamación crónica de este órgano, la cual se asocia con defectos en el ADN y con otros factores que favorecen el desarrollo del cáncer. Cuando se combina con fumar y el uso de tabaco sin humo, las posibilidades de enfrentar este padecimiento aumentan.
De acuerdo con Mayo Clinic, un gran estudio demostró que la combinación del tabaquismo, la diabetes de larga data y una dieta deficiente aumenta el riesgo de cáncer de páncreas.
¿Cómo prevenirlo?
Una persona puede reducir las posibilidades de tener cáncer de páncreas al hacer lo siguiente:
- Dejar de fumar. Si la persona consume tabaco, es importante dejar de hacerlo. Una de las recomendaciones es hablar con el médico sobre qué estrategias pueden ayudar para abandonar ese hábito y apoyarse también con medicamentos y terapia de reemplazo de la nicotina.
- Mantener un peso saludable. Cuando la persona tiene sobrepeso, debe fijarse el objetivo de una pérdida lenta y constante del mismo, de una o dos libras por semana. Una de las fórmulas para lograrlo es combinar los ejercicios diarios con una dieta rica en frutas, vegetales y cereales integrales, con la ingesta de porciones más pequeñas.
- Optar por una dieta saludable con muchas frutas y vegetales coloridos y cereales integrales puede ayudar a reducir el riesgo de tener cáncer.