Cerca del 20 % de los pacientes que mueren a causa del cáncer de pulmón en los Estados Unidos nunca fumó o consumió de alguna manera tabaco, y es que si este tipo de cáncer en dichos pacientes estuviera en una categoría aparte, estaría sin dudarlo en el top diez de los principales cánceres fatales del país norteamericano.
No obstante, es importante mantenerse libre del consumo de tabaco para reducir el riesgo de padecer esta enfermedad, pero existen otros factores de riesgo que pueden desatar esta afección en varios pacientes.
Investigadores citados por el portal cancer.org dicen que el avance en la última década de lo que produce el cáncer de pulmón en personas no fumadoras es grande.
Uno de estos factores es el gas radón, que constituye la principal causa de cáncer de pulmón en no fumadores, según la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos, pues la exposición a este gas representa más de 21.000 muertes anuales; de estas, 2.900 nunca fumaron.
Por lo general, esta sustancia se puede hallar al aire libre en cantidades no perjudiciales, aunque en algunas ocasiones se concentra en casas que se construyeron en suelos con depósitos naturales de uranio.
Entre más tiempo se haya vivido en este lugar, mayor es la posibilidad de padecer la enfermedad, y su peligrosidad radica en que no se puede ver ni oler, por lo que la única manera de saber si presenta un problema en un punto específico es hacer una prueba para detectarlo.
Es por esto que la EPA emitió guías para detectar el radón de manera fácil y económica, sumado a los pasos a seguir si los niveles son demasiado altos.
Otro factor que constituye un peligro para enfermarse de este tipo de cáncer es ser fumador pasivo o de segunda mano, pues al año son 7.000 los adultos que mueren por respirar el humo de cigarrillos ajenos.
Es por esto que algunas naciones han implementado leyes que prohíben el consumo de tabaco en lugares públicos, lo que ha disminuido los índices de mortalidad por esta razón.
Del mismo modo, hay quienes están expuestos al cáncer de pulmón debido a sus trabajos, pues laboran en lugares donde hay presencia de materiales cancerígenos como el asbesto y las emisiones de diésel, por lo que lo más recomendable es que, si una persona trabaja en alguno de estos lugares, debe limitar su exposición en la mayor medida de lo posible.
La contaminación ambiental también representa un riesgo para adquirir esta enfermedad, pues la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica la contaminación del aire exterior como un agente cancerígeno.
No obstante, el riesgo que representa este factor es uno de los más bajos en los Estados Unidos, debido a la implementación de medidas que disminuyen drásticamente el nivel de exposición.
Finalmente, están las mutaciones genéticas, las cuales son objeto de estudio aún, pues los expertos buscan determinar cómo los cambios genéticos hacen que las células del cáncer de pulmón crezcan, lo que ha permitido que se desarrollen terapias con medicamentos para interceptar estas modificaciones de manera específica.
La OMS señala que el cáncer es una de las causas principales de muerte en todo el mundo y que provocó casi 10 millones de fallecimientos en 2020. En ese sentido, los cinco tipos de cáncer que más fallecimientos causaron en el año de la pandemia fueron encabezados por el cáncer pulmonar, que reportó 1,8 millones de defunciones.
“Entre el 30% y el 50% de los cánceres se pueden evitar”, asegura la OMS. Explica que para lograrlo es importante realizar cambios en el estilo de vida, los cuales ayudarán a reducir los factores de riesgo de padecer algún tipo de cáncer. Así como se pueden poner en práctica estos cambios, la prevención tiene que ver con una detección temprana, el tratamiento y los cuidados adecuados de la enfermedad. “Si se detectan a tiempo y se tratan adecuadamente, las posibilidades de recuperación para muchos tipos de cáncer son excelentes”, agrega el organismo.