Según el Instituto Nacional, el cáncer provoca que algunas células del cuerpo se multipliquen sin control alguno; es posible que esta patología se origine en cualquier parte del organismo. Las células se forman y se multiplican a medida que el cuerpo lo necesita, pero cuando estas envejecen, se dañan o mueren y son reemplazadas por las nuevas.
En algunas ocasiones el proceso no sigue su curso habitual y las células anormales o células dañadas se multiplican cuando no deberían. Estos átomos pueden formar lo que se conoce como tumores que pueden ser benignos o malignos. Los tumores malignos o cancerosos invaden algunos tejidos e incluso pueden trasladarse hasta otras partes del cuerpo formando otros tumores; esto se conoce como metástasis.
La Liga Colombiana contra el Cáncer mencionó que aunque la enfermedad suele diagnosticarse a partir de una edad madura, los cambios celulares que conducen a esta enfermedad empiezan mucho antes, es por esto que el tratamiento es más efectivo cuando el cáncer se diagnostica en las primeras fases, con los primeros síntomas o antes de la aparición de estos.
Ahora bien, el cáncer es una enfermedad que puede afectar a pacientes de todos los orígenes, razas y edades. Los profesionales de la salud mencionan que la mejor forma de prevenir enfermedades de todo tipo, es llevar, una dieta sana y equilibrada que contenga alimentos de todos los grupos. Un nutricionista será el encargado de brindan las porciones adecuadas para cada paciente.
Esta enfermedad, en alguno casos, puede heredarse; por eso, es importante que se informe al médico tratante acerca de las condiciones de salud de los familiares más cercanos y más cuando se trata de esta patología.
Los médicos cuando se está en riesgo de desencadenar cáncer, brindan unas recomendaciones para la personas e incluso pueden sugerir practicarse exámenes periódicamente; para diagnosticar a tiempo la enfermedad, en dado caso de que pueda desarollarse.
Alimentos importantes para incluir en la dieta
- Aceite de hígado de bacalao.
- Aceite de salmón.
- Salmón.
- Ostras crudas.
- Arenque fresco.
- Leche fortificada.
- Huevo cocido (la yema tiene un alto contenido de esta vitamina)
- Carnes (pollo, pavo, puerco) y vísceras en general. (Al ser una vitamina liposoluble esta presente en todos los tejidos animales).
- Carne de res.
- Hígado de gallina.
- Sardinas enlatadas en aceite vegetal.
- Hígado de res.
- Mantequilla.
- Yogur.
- Queso cheddar.
- Pez espada.
- Trucha.
- Leche de soya fortificada.
- Champiñones.
Los ácidos grasos omega-3 son componentes importantes de las membranas que rodean cada célula en el organismo. Las concentraciones de DHA son especialmente altas en la retina (ojo), el cerebro y los espermatozoides. Los omega-3 también proporcionan calorías para dar al organismo energía y tienen muchas funciones en el corazón, los vasos sanguíneos, los pulmones, el sistema inmunitario y el sistema endocrino (la red de glándulas productoras de hormonas).
· Pescado y otros mariscos (especialmente pescados grasos de agua fría, como salmón, caballa, atún, arenques, y sardinas);
· Nueces y semillas (como semillas de linaza, de chía y nueces negras)
· Aceites de plantas (como aceite de la linaza, aceite de soja (soya) y aceite de canola)
· Alimentos fortificados (como ciertas marcas de huevos, yogurt, jugos, leche, bebidas de soja (soya) y fórmula infantil).