La Sociedad Americana de Oncología Clínica explica que es difícil encontrar relaciones específicas entre un alimento o un nutriente y el cáncer. Esto se debe a que, en primer lugar, los alimentos poseen diversas sustancias que pueden incrementar o reducir el riesgo de cáncer.
En segundo lugar, las personas consumen muchos alimentos, las cuales crean interacciones difíciles de investigar. Asimismo, los efectos de un alimento o nutriente pueden ser diferentes según la ingesta.
Y en tercer lugar, algunos estudios han mostrado que la forma de preparar los alimentos también puede influir en los riesgos o beneficios que aporta a las personas.
Sin embargo, la Asociación Americana de Cáncer insiste en la importancia de tener hábitos alimenticios saludables en cualquier etapa de la vida. Algunas de las recomendaciones que brinda incluyen:
- Incluir alimentos ricos en nutrientes.
- Variedad de frutas de color verde oscuro, rojo y naranja.
- Legumbres con alta fibra como frijoles y arvejas.
- Frutas de todos los colores. Comerla en su estado natural, preferiblemente.
- Granos integrales.
- Moderar o evitar el consumo de bebidas endulzadas con azúcar, alimentos ultraprocesados y carnes rojas y procesadas.
Cáncer
Según la Organización Mundial de la Salud, el cáncer es la causa principal de muerte en el mundo. Los tipos más comunes son el de mama, pulmón, colon y recto y próstata.
“En general, el cuerpo elimina células con daños en el ADN antes de que se vuelvan cancerosas. Pero la capacidad del cuerpo disminuye a medida que las personas envejecen. Por eso el riesgo de cáncer aumenta con la edad. El cáncer de cada persona es una combinación única de cambios genéticos. A medida que el cáncer sigue creciendo, ocurren otros cambios. Incluso dentro del mismo tumor, es posible que las diversas células tengan cambios genéticos distintos”, detalla el Instituto Nacional de Cáncer.
Cuidado con los posibles síntomas
Algunos tipos de cáncer solo presentan síntomas cuando están avanzados. Por eso es importante realizar exámenes médicos regularmente, especialmente si se sospecha de algún síntoma.
El Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos explica algunos de los síntomas que el cáncer puede causar. Cabe aclarar que el hecho de presentar algún síntoma no quiere decir que se tenga cáncer. Se debe consultar a un doctor para que sea él quien realice un diagnóstico profesional.
Cambios en los senos:
- Sentir un bulto o algo sólido en el seno o bajo el brazo.
- Cambios o descargas en los pezones.
- Piel roja, escamosa, sumida o con hoyos y que da comezón.
Cambios en la vejiga:
- Dificultad para orinar.
- Dolor al orinar.
- Sangre en la orina.
Hemorragia o moretones sin una razón aparente.
Cambios en el intestino:
- Sangre en el excremento.
Tos o ronquera que no desaparece.
Problemas al comer:
- Dolor después de comer (acidez o indigestión que no desaparecen).
- Problemas al deglutir.
- Dolor de estómago.
- Náuseas y vómitos.
- Cambios de apetito.
Cansancio grave y que dura tiempo.
Fiebre o sudores nocturnos sin ninguna razón.
Cambios en la boca:
- Un parche blanco o rojo en la lengua o en la boca.
- Hemorragia, dolor o entumecimiento en los labios o en la boca.
Problemas neurológicos:
- Dolores de cabeza.
- Convulsiones.
- Cambios en la vista.
- Cambios en la audición.
- Parálisis facial.
Cambios de la piel:
- Un bulto de color carne que sangra o que se vuelve escamoso.
- Un nuevo lunar o un cambio en un lunar ya existente.
- Una irritación que no sana.
- Ictericia (volverse amarillos la piel o el blanco de los ojos).
Hinchazón o bultos en cualquier parte como el cuello, las axilas, el estómago y las ingles.
Subir o bajar de peso sin una razón conocida.