El carbón activado es conocido como un polvo fino, negro e inoloro que se usa frecuentemente en salas de emergencia para tratar las sobredosis.
Sin embargo, gracias a sus propiedades absorbentes de toxinas, este elemento “tiene una amplia variedad de usos medicinales y cosméticos, aunque ninguno se ha comprobado científicamente”, explica Medical News Today.
De acuerdo con el sitio experto, entre los posibles beneficios del carbón activado, están su uso para el blanqueamiento de dientes, así como mantener una buena salud bucal, motivo por el que muchos productos con este fin contienen este elemento.
Según esto, sus propiedades antivirales, antibacterianas, antimicóticas y desintoxicantes ayudan a lucir una dentadura saludable y con buena apariencia. Sin embargo, es importante recordar que los expertos solo han aprobado el carbón activado para el tratamiento de emergencia por sobredosis o envenenamientos, el resto es evidencia circunstancial.
Al respecto, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) de España, indica que, aunque es cierto que el carbón activado puede blanquear ligeramente los dientes al eliminar las manchas causadas por el café o el tabaco, su acción es meramente superficial, lo que indica que no se conseguirá quitar las manchas más profundas.
Además, al ser un elemento altamente abrasivo, su uso continuo podría acabar desgastando el esmalte de los dientes a largo plazo, “además de provocar una recesión de las encías y aumentar la sensibilidad dental”, explica.
En ese sentido, quienes quieran mejor optar por productos que ayuden a blanquear los dientes de manera natural, pueden hacer uso de enjuagues con aceite.
Según reseña el portal especializado Heathline, este es un popular remedio utilizado para mejorar la higiene bucal y eliminar las toxinas del cuerpo.
El procedimiento consiste en introducir una cucharada sopera de aceite en la boca al levantarse, esto antes de beber algo y/o lavarse los dientes. Una vez el aceite en la boca, se debe proceder a mover el mismo por toda la boca y entre los dientes (sin tragarlo), esto con el fin que atrape al mayor número de toxinas y se eliminen las bacterias que pueden convertirse en placa y, por ende, hacer que los dientes se vean amarillos.
La recomendación es dejar actuar el aceite en la boca entre 15 a 20 minutos. Luego se debe proceder a escupir el aceite en el inodoro o en un bote de basura para evitar que la sustancia tape las tuberías.
Aunque la tradición señala que para ello se usa aceite de girasol o de sésamo, se puede hacer con cualquier aceite. Sin embargo, el aceite de coco es la opción más recomendada para hacer este tratamiento casero debido a su agradable sabor y otros beneficios para la salud.
De acuerdo con el portal especializado, este método, a diferencia de muchos otros métodos de blanqueamiento dental como el del carbón activado, no expone los dientes al ácido u otros ingredientes que erosionan el esmalte, es decir, es seguro ponerlo en práctica a diario.
Asimsimo, se puede optar por cepillarse con bicarbonato de sodio. Como ya es sabido, el bicarbonato de sodio es uno de los elementos más utilizados para algunos a la hora de cocinar, mientras que para otros tantos, para hacer múltiples labores, entre ellas algunas actividades relacionadas con el aseo como lavar baños, desinfectar algunas zonas y brillar utensilios. Sin embargo, también este elemento se utiliza en las recetas que circulan para el cuidado de la piel, así como el blanqueamiento de los dientes.
Gracias a sus propiedades blanqueadoras naturales, este abrasivo además de ayudar a quitar las manchas superficiales de los dientes, también genera un ambiente alcalino en la boca, impidiendo así el crecimiento de bacterias, explica Heathline.
Aunque este remedio no blanqueará los dientes de un momento a otro, con el paso del tiempo se puede empezar a ver los cambios favorables.
Para hacer uso de este truco, solo se debe mezclar 1 cucharadita de bicarbonato de sodio con 2 cucharaditas de agua y cepillar los dientes con la pasta que se forma. Lo recomendable es hacerlo algunas veces por semana.