El desgaste de cartílago en la rodilla o artrosis de rodilla, es una enfermedad degenerativa, que se presenta con mayor frecuencia en personas de una edad avanzada.

No obstante, esta degeneración también se puede dar en personas jóvenes debido a las lesiones previas en la rodilla. La razón se debe a que el cartílago se desgasta gradualmente disminuyendo la protección de los huesos.

Cabe mencionar que la rodilla es una de las articulaciones del esqueleto humano en donde constantemente se desarrolla la artrosis y es porque la rodilla es una articulación “de carga”, es decir, esta debe soportar el peso del cuerpo.

Asimismo, la artrosis de rodilla, por lo general, se desarrolla lentamente y la progresión de dolor suele seguir la misma progresión, aunque también se puede dar por descompensaciones espontáneas.

Dolor de rodilla. Imagen de referencia. | Foto: Getty Images

Por varias razones, los cartílagos pueden presentar daños o desgastes, la vejez, el ejercicio, e incluso una mala alimentación son algunos.

Sin embargo, también hay otros factores de riesgo que tienen que ver con sus afecciones y de ellos forman parte las enfermedades degenerativas, la actividad física excesiva, la obesidad, el estrés, cargas o transportar cosas muy pesada o la insuficiencia de nutrientes.

La alimentación tiene un papel determinante en la protección de los cartílagos, precisamente para evitar que falten los nutrientes que los mantienen sanos. Un estudio realizado por la Universidad de Maryland, en Estados Unidos, indica que la lisina es uno de los nutrientes más importantes a la hora de cuidar y recuperar este tejido conectivo, por ello, consumir productos que la contengan es determinante.

En la misma investigación se determinó que el consumo ideal de lisina sería de 12 miligramos por kilo corporal y se puede obtener de alimentos tales como: las carnes rojas, el higo, las nueces y almendras, el bacalao, los huevos, el queso, la soya y la gelatina sin sabor.

El desgaste del cartílago en la rodilla se da más en mujeres que en hombres. | Foto: Getty Images

Algunos de los principales alimentos contienen vitamina C son los cítricos, así como el kiwi, la guayaba, el mango, la papaya, los frutos rojos y el melón.

Otras opciones para consumir, son:

Vitamina C

La vitamina C ayuda a regenerar de manera más rápida el tejido del cuerpo, debido a que es rica en antioxidantes y ayuda a cicatrizar instantáneamente. De hecho, los expertos señalan que necesitamos más de 75 mg diarios de la vitamina para renovar las afecciones del cuerpo.

Se puede encontrar en frutas, legumbres, verduras y hortalizas.

Vitamina D

La vitamina D ayuda a que el calcio consumido se absorba fácilmente para que el cuerpo pueda asimilarlo. Por ello, previene enfermedades como la artritis y la osteoporosis. Se encuentra en leche, salmón, ostras, pescados.

Gelatina

Según información de las Guías de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC), la gelatina puede formar parte de la guía alimentaría diaria y saludable por sus beneficios nutricionales y articulares, ayudando al mantenimiento de la salud, pues el colágeno hidrolizado mejora el desarrollo de los cartílagos y del resto de tejidos relacionados con el funcionamiento de las articulaciones.

Los síntomas más habituales son:

  • Dolor en la rodilla.
  • Fallo de la pierna al cargar en ella.
  • Inflamación de la articulación.
  • Rigidez de la articulación.

En los casos más severos de la enfermedad, se produce una disminución en los movimientos que se puede realizar con la rodilla, por ejemplo, no poder flexionar la rodilla.

Imagen de referencia. | Foto: Jan-Otto

Además, pueden aparecer ciertas deformidades de la articulación y alteraciones en la alineación de los huesos. Es normal que se cojee al caminar y que la rodilla se debilite.