La cebolla es un alimento con bajo contenido energético. Tiene proteínas, potasio, vitamina C, flavonoides y distintos compuestos azufrados, de acuerdo con la Fundación Española de la Nutrición.
“Las cebollas son fuente de potasio mineral que contribuye al funcionamiento normal de los músculos y del sistema nervioso. También es fuente de vitamina C y esta contribuye a la protección de las células frente al daño oxidativo. Hay que tener en cuenta que esta vitamina es termosensible, por lo que su aporte de vitaminas disminuiría si la cebolla se consumiese cocinada”, señala la Fundación.
Además, contiene variedad de minerales como calcio, fósforo, magnesio, hierro, potasio, zinc, cobre, manganeso y vitaminas del grupo B, por lo que aporta un sinfín de beneficios al cuerpo. En ese sentido, se recomienda el consumo de cebolla cruda.
Hay que señalar que las propiedades y cualidades nutricionales de cebolla blanca y la morada son similares y en el mercado se dispone de cebollas todo el año. Sin embargo, su mejor época es la que transcurre durante los meses de primavera, de acuerdo con la Fundación.
Así mismo, de acuerdo con la web especializada Canal Diabetes, la cebolla es uno de los alimentos que más beneficios le aporta al organismo para regular la cantidad de azúcar en la sangre. Además, su ingesta tiene otros beneficios, pues las personas que consumen al menos una cebolla cada semana pueden reducir la probabilidad de desarrollar cáncer en 14 %.
Sobre la misma línea, según el portal de salud Clikisalud.net de la Fundación Carlos Slim, la cebolla “estimula las funciones del hígado, la vesícula, el páncreas y el estómago. Adicional, neutraliza los ácidos y activa la secreción de los jugos gástricos, favoreciendo la flora intestinal”.
Por otro lado, la cáscara de este producto contiene grandes propiedades para la salud. De hecho, el portal Mejor con Salud listó algunas de ellas:
1. Trata las infecciones del tracto urinario: dichos pellejos contienen características antibióticas que ayudan a disminuir los síntomas de enfermedades bacterianas que afectan la salud renal o de la vejiga. Para consumirlos, hay que preparar una infusión y tomar un par de cucharadas cuatro veces al día.
2. Combate los resfriados: cuando se utiliza este ingrediente a modo de vaporización, puede aliviar la rinitis y los resfriados, pues desinflama los senos paranasales.
3. Alivia la bronquitis: para sacar el mayor provecho de esta propiedad se debe preparar una infusión con las pieles de la cebolla, después de 15 minutos de reposo, hay que aplicar el líquido en el pecho con la ayuda de una gasa.
4. Alivia la estomatitis: “Es una enfermedad desagradable que se caracteriza por la inflamación de la mucosa bucal. A menudo se distingue como herpes labial, pero también pueden llamarse úlceras o aftas”, explica Mejor con Salud. La acción antiviral de la cáscara de cebolla puede usarse para esta afección como remedio natural.
5. Fortalece el sistema inmunitario: gracias a los compuestos fenólicos de la cáscara de la de la cebolla, es posible fortalecer el sistema inmunitario, alejando al organismo de las enfermedades virales.
6. Combate los trastornos cutáneos: para ver los efectos sobre la piel es necesario realizar varias aplicaciones. Basta con realizar una infusión y ponerla en vaselina.
Cabe resaltar que la ni la cebolla, ni su cáscara, remplazan los tratamientos médicos. Por ello, antes de consumirse, se debe consultar con un especialista para no agravar enfermedades preexistentes.