Una de las enfermedades crónicas más comunes en adultos mayores es la hipertensión, que afecta a cerca de 1 billón de personas en todo el mundo. Aunque se centra principalmente en esa población, existe una tendencia creciente que preocupa a muchos profesionales de la salud.

Se trata del aumento de la prevalencia de esa enfermedad en jóvenes. Sobre todo en aquellos que padecen obesidad o sedentarismo. También ataca a quienes llevan una vida sana.

De acuerdo con un estudio realizado por la Universidad de Harvard establece que la ingesta de sal puede ser una de las razones para que la presión arterial de los más pequeños aumente

Durante la infancia, la mayoría de los niños con hipertensión arterial no presentan síntomas. | Foto: Getty Images

Uno de los desencadenantes de la hipertensión puede ser la alimentación. Sin embargo, hay que precisar primero cuál es el tipo de hipertensión que tiene.

La primaria significa que no tiene una causa primaria para tener presión alta. Esta se relaciona con un índice de masa corporal elevado. Es decir, sobrepeso.

Otros factores que aumentan el riesgo de padecer esta patología son herencia familiar, dietas altas en sodio y ricas en almidón, estrés, actividad física, carrera, edad, entre otros.

Por su parte, la hipertensión secundaria se desencadena debido a una enfermedad de base, como la diabetes, enfermedad renal, enfermedad de la tiroides y enfermedad cardiaca.

Tenga en cuenta que esta es una condición que se desencadena de manera silenciosa, por lo que es recomendable hacer exámenes. Con asesoría médica, puede hacerle frente a esa enfermedad cambiando totalmente el estilo de vida del menor.

Perder peso, hacer ejercicio con regularidad y eliminar el sodio de la dieta puede contribuir.

El profesional de la salud también puede recetar medicamentos para controlar la presión y que son ajustados en una dosis para que el menor pueda consumirlo.

Una de las enfermedades crónicas más comunes en adultos mayores es la hipertensión, que afecta a cerca de 1 billón de personas en todo el mundo. | Foto: Getty Images

Tres alimentos que sirven para limpiar las arterias rápidamente

La presión arterial alta y la diabetes tipo 2 también están implicados en el taponamiento de las arterias. No podemos ignorar los efectos nocivos de los malos hábitos como fumar o consumir tabaco, los cuales aumentan el riesgo de desarrollar problemas cardíacos.

Los antecedentes familiares de enfermedades cardíacas y el género también pueden influir en la salud de nuestras arterias, ya que los hombres y las mujeres después de la menopausia pueden ser más vulnerables a estos problemas. Medline Plus indica que la obesidad, la falta de ejercicio y las afecciones renales también se suman a la lista de factores que pueden contribuir al desarrollo de enfermedades arteriales.

Es esencial tener en cuenta estos factores de riesgo y tomar medidas para mantener nuestras arterias limpias y saludables. Existen alimentos que pueden ayudar en este propósito, y en este artículo, exploraremos cinco de ellos que se han destacado por su capacidad para limpiar las arterias de manera rápida y efectiva. Cuidar nuestra alimentación y adoptar un estilo de vida saludable puede marcar una gran diferencia en la salud de nuestro corazón y sistema circulatorio.

Cereales integrales:

Entre los alimentos que ayudan a limpiar las arterias se encuentran los cereales integrales como arroz, pan, pastas, avena y centeno. En el caso de la avena, en el portal Curadas aseguran que este cereal ayuda a disminuir los niveles de colesterol malo – LDL. Además, destacan que posee propiedades nutricionales que ayudan a que se limpien las arterias.

La bebida que eleva los niveles de colesterol en la sangre. | Foto: Getty Images

“Los betaglucanos que contiene la avena se encargan de disminuir los niveles de este lípido en la sangre. El referido compuesto tiene como objetivo eliminar el colesterol malo que aportan otros alimentos que se consumen”, resaltan el portal Curadas sobre los beneficios de la avena para limpiar las arterias.

Así mismo, destacan que la avena también posee magnesio, cobre, hierro, zinc y vitamina B1, y pequeñas dosis de calcio, ácido fólico y otras vitaminas del grupo B.