Los profesionales de la salud recomiendan llevar una dieta sana y equilibrada, rica en proteínas, carbohidratos en su estado natural, muchas frutas y verduras, con el fin de prevenir enfermedades a corto, mediano y largo plazo. Las frutas y las verduras juegan un papel importante gracias al alto contenido de nutrientes y vitaminas que le aportan al cuerpo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda consumir cinco porciones de fruta al día intercalándolas con verduras, lo que quiere decir que los vegetales u hortalizas deben estar presentes en el plato del almuerzo y la cena. Las frutas deben ser consumidas durante el desayuno, la merienda de la mañana y la tarde.

Un especialista de la salud será el encargado de determinar las porciones adecuadas para la edad y las necesidades nutricionales de cada persona.

El portal Huffington Post, en su sección de salud, menciona la importancia de involucrar las semillas en el plan de alimentación, ya que estas contienen magnesio, calcio, selenio, zinc, hierro, manganeso, cobre, componentes necesarios para la salud de la mente y el cerebro.

Las semillas de girasol, calabaza, sésamo, chía, fenugreco, cannabis o linaza contienen nutrientes que pueden ayudar al cerebro a fabricar neurotransmisores, que tienen como función transmitir la información pertinente entre neuronas. Estos productos contienen triptófano y tirosina, que sirven para producir serotonina y dopamina (los neurotransmisores que regulan el estado ánimo, la motivación y el sueño).

El medio menciona algunas de las semillas más conocidas y sus propiedades. Antes de consumirlas, se recomienda consultar con un médico especialista que apruebe sus usos con el fin de evitar reacciones adversas.

El ejercicio es una actividad recomendada por los expertos para evitar el deterioro del cerebro. | Foto: Getty images

Sésamo

Esta semilla tiene propiedades antioxidantes y antiinflamatorias; además, ayuda a reducir la grasa que se localiza en el organismo. “Investigaciones han demostrado que en el cerebro atenúa los déficits cognitivos y de memoria, según modelos experimentales en animales causados tras la exposición al aluminio”, afirma un documento.

Estudios revelaron que este producto puede ayudar a bajar de peso, si se acompaña de una dieta sana y equilibrada, así como de la práctica de ejercicio físico regular. Esta semilla reduce el tamaño de los adipocitos (células grasas), así como el acumulado de grasas que pueden inducir en la obesidad.

Cannabis

Este producto es neuroprotector, por ende incrementa la actividad cerebral. Según menciona el medio, las semillas de cannabis no producen alteraciones en la mente, a diferencia de otras partes de la planta.

Estas semillas son ricas en proteínas, fibra y ácidos grasos esenciales para la salud del cerebro; además contienen omega 3 y omega 6. Tienen propiedades antioxidantes que limpian la sangre y reducen las secuelas del estrés oxidativo, residuo que se genera de la respiración y del metabolismo.

Gracias a su alto contenido de fibra, esta semilla puede ayudar a prevenir y mejorar los síntomas del estreñimiento. Las semillas de cannabis contienen vitamina E, B1, B2, B3, B6 y B9. Hoy, es frecuente conseguir en el mercado aceite de semillas de cannabis.

Chía

Estas semillas son ricas en ácido alfa linolénico (64 %), ácido graso esencial precursor de los ácidos grasos poliinsaturados eicosapentaenoico (EPA) y docosahexaenoico (DHA) de la serie omega 3, que se encuentran de manera frecuente en el cerebro y son necesarios para la función neuronal.

También es rica en fibra, proteínas, calcio, magnesio, hierro y antioxidantes. Regulas los niveles de azúcar en la sangre y promueve el metabolismo de los ácidos grasos.

Los datos clínicos de estas semillas evidencian que las personas con diabetes tipo 2 que consumen pan con chía tipo Salba (37 gramos al día durante 12 semanas) tienen mejoras significativas a nivel cardiovascular y menos marcadores de azúcar en la orina. Estos pacientes también presentan mejoría respecto a la sensibilidad a la insulina.