Viajar es para muchas personas una terapia de relajación, pues la rutina agota la mente y con el pasar de los días se hace necesario tomar un descanso y un respiro.

Y es que viajar tiene varios efectos positivos en el cerebro, pues de acuerdo con Ámbito favorece en la creatividad, según un artículo publicado en la revista Academy of Management Journal, “las personas que trabajaron y vivieron experiencias profesionales en el extranjero son más imaginativas y creativas que las que permanecieron en su país de origen”.

En esto, coinciden también desde la Sociedad Española de Neurología, el integrante del organismo José Manuel Moltó Jordá, afirma que “viajar abre el cerebro, lo vuelve más plástico, más creativo, nos da más capacidad de comprender: de alguna forma lo activa porque necesitamos adaptarnos a muchas nuevas sensaciones y esto es favorable para nuestro cerebro”.

“Es importante entrenar y estimular el cerebro porque, con el tiempo, un mayor número de conexiones implica una mayor reserva cognitiva, lo que permite que nuestro cerebro sea más resistente al deterioro de la edad o a los síntomas de las enfermedades neurológicas”, agrega el experto.

También favorecen las relaciones interpersonales, pues así lo reveló una investigación realizada con los cerebros de ratones, elaborada por la Universidad Estatal de Ohio, en los Estados Unidos. Los cerebros de los animales que estaban en grupo resultaron con recuerdos más numerosos y también gozaban de mejor salud.

Elizabeth Kirby, la investigadora del Centro para Lesiones Cerebrales Crónicas en el Estado de Ohio, expresó que su investigación “sugiere que simplemente tener una red social más grande puede influir positivamente en el envejecimiento del cerebro”.

al cerebro le hace bien viajar | Foto: Getty Images

“Sabemos que en los humanos existe una fuerte correlación entre la salud cognitiva y las conexiones sociales, pero no sabemos si tener un grupo de amigos es lo que protege a las personas, o si las personas con salud cerebral en declive se separan de sus relaciones humanas”, puntualizó la científica.

Sumado a esto, de acuerdo con el Journal of Personality and Social Psychology, se analizó un grupo de estudiantes y se encontró que quienes habían viajado tenían un 20 % más de probabilidad de resolver mejor los conflictos y problemáticas que se iban presentando, que aquellos que no habían salido de viaje.

Muchos viajeros colombianos buscan espacios con piscina para pasar sus vacaciones de fin de año. -getty | Foto: Getty Images

Viajar vigoriza el encéfalo, así lo publicó NatGeo; de acuerdo con la coordinadora del Grupo de Estudio de Conducta y Demencias de la Sociedad Española de Neurología, Sagrario Manzano Palomo, “las experiencias novedosas, estimulantes y gratificantes mejoran nuestra reserva cognitiva, todo lo contrario de lo que ocurre cuando sufrimos episodios estresantes, que debilitan las redes neuronales”.

Asimismo, NG registró que en el Centro de Investigación Gerontológica de Finlandia, la investigadora Katja Pynnönen de la universidad finlandesa de Jyväskylä, expresó: “La actividad social mantiene la movilidad corporal, y así disminuye el riesgo de morir prematuramente, porque la actividad favorece el ejercicio físico”.

¿A dónde viajar este fin de año? Estos son los lugares recomendados para descubrir otra Colombia

Leticia (Amazonas)

La capital del departamento apenas es un aeropuerto de llegada a uno de los sitios más cautivadores del planeta. La selva del Amazonas puede sonar mucho más agreste de lo que realmente es, al menos en su parte colombiana: hay hoteles para diferentes presupuestos, actividades familiares y planes más aventureros que tampoco implican dárselas de Fitzcarraldo.

Santa Marta (Magdalena)

Esta ciudad tiene muchísimo más que unas calles coloniales, un malecón recién remodelado, jugos deliciosos y unas playas de arena blanca. Si la idea es solamente ir a la playa, literalmente La Playita queda en Taganga, caminando diez minutos desde la parada del bus que viene de Santa Marta. O en la carretera al Parque Tayrona puede girar a pequeños nirvanas como Neguanje o Gairaca.

Eje Cafetero (Quindío, Risaralda y Caldas)

El Eje Cafetero ofrece algunos de los paisajes más sobrecogedores que se puedan ver: desde picos nevados hasta planicies enmarcadas por los Andes, pasando por bosques de niebla y fincas cafeteras que parecen pegadas a las montañas como en un pesebre decembrino.