Chupar dedo o comerse las uñas son costumbres mal vistas que los padres siempre tratan de corregir. Pero unos investigadores de la Universidad de Dunedin, en Nueva Zelanda, sostienen ahora que esta maña puede prevenir alergias en el futuro. El estudio fue publicado en la revista Pediatrics, siguieron durante 38 años a un grupo de niños nacidos entre 1972 y 1973, a quienes se les realizaron pruebas de sensibilidad a alérgenos comunes como el polvo, el polen, el pelo de animales o el heno. Quienes se habían chupado los dedos o mordido las uñas de niños resultaron menos propensos a desarrollar enfermedades alérgicas como asma, rinitis o dermatitis. Según los expertos, la exposición temprana a microorganismos presentes en las manos permite programar el sistema inmune para atacar a los microbios y, de esta manera, evitar que se desarrollen alergias.