Un planeta que tiene aproximadamente el tamaño de Marte y la mitad de la masa de la Tierra, identificado como GJ 367 b, de período ultracorto a 31 años luz que gira alrededor de su estrella en solo ocho horas, fue descubierto por un grupo de investigadores de la misión TESS, apoyada por la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés).
Estas características lo convierten en uno de los planetas más ligeros descubiertos hasta la fecha, según informaron los científicos en un comunicado de prensa, citado por la agencia de noticias Europa Press.
El descubrimiento demuestra que es posible determinar con precisión las propiedades, incluso, de los exoplanetas más pequeños y menos masivos, resalta el grupo de investigadores, dirigido por Kristine W. F. Lam y Szilárd Csizmadia, del Instituto de Investigación Planetaria del DLR (Centro Aeroespacial Alemán).
Aseguran que este tipo de estudios proporcionan una clave para entender cómo se forman y evolucionan los planetas terrestres. Con un período orbital de solo un tercio de un día terrestre, GJ 367 b se mueve rápidamente. “A partir de la determinación precisa de su radio y masa, GJ 367 b se clasifica como un planeta rocoso. Parece tener similitudes con Mercurio. Esto lo sitúa entre los planetas terrestres de tamaño inferior a la Tierra y hace avanzar la investigación en la búsqueda de una ‘segunda Tierra’”, precisan.
Los científicos describen que los planetas de períodos ultracortos son mundos pequeños y compactos que giran alrededor de sus estrellas a corta distancia, completando una órbita, y un solo año abrasador, en menos de 24 horas.
Sobre el planeta hallado, el equipo determinó que es un planeta rocoso y probablemente contiene un núcleo sólido de hierro y níquel, similar al interior de Mercurio.
Debido a su extrema proximidad a su estrella, los astrónomos estimaron que el GJ 376 b recibe 500 veces más radiación de la que la Tierra recibe del sol. Como resultado, el lado diurno del planeta hierve hasta 1.500 grados celsius. “Bajo temperaturas tan extremas, cualquier atmósfera sustancial se habría evaporado durante mucho tiempo, junto con cualquier signo de vida, al menos tal como la conocemos”, especifican, descartando cualquier hallazgo de vida en ese planeta.
Sin embargo, los investigadores dicen que existe la posibilidad de que el planeta tenga socios habitables. Su estrella es una enana roja o enana M, un tipo de estrella que normalmente alberga varios planetas. El descubrimiento de GJ 367 b alrededor de una estrella de este tipo apunta a la posibilidad de que haya más planetas en este sistema, lo que podría ayudar a los científicos a comprender los orígenes de GJ 376 b y otros planetas de período ultracorto.
“Para esta clase de estrella, la zona habitable estaría cerca de una órbita de un mes”, puntualiza el miembro del equipo George Ricker, científico investigador principal del Instituto Kavli de Astrofísica e Investigación Espacial del MIT. “Dado que esta estrella está tan cerca y es tan brillante, tenemos muchas posibilidades de ver otros planetas en este sistema. Es como si hubiera un letrero que dijera: ‘¡Busque aquí planetas adicionales!’”, añade.
Los resultados del equipo se publicaron este 2 de diciembre en la revista Science. El estudio fue dirigido por investigadores del Instituto de Investigación Planetaria del Centro Aeroespacial Alemán, en colaboración con un grupo internacional de investigadores, incluidos los coautores del MIT Ricker, Roland Vanderspek y Sara Seager.
El nuevo planeta fue descubierto por el Satélite de Estudio de Exoplanetas en Tránsito (TESS) de la NASA, una misión dirigida por el MIT, de la cual Ricker es el investigador principal. TESS monitorea el cielo en busca de cambios en el brillo de las estrellas más cercanas. Los científicos miran a través de los datos de TESS en busca de tránsitos, o caídas periódicas en la luz de las estrellas que indican que un planeta está cruzando y bloqueando brevemente la luz de una estrella.