Normalmente, el cerebro humano es un gran órgano que requiere de un suministro constante de oxígeno y de flujo sanguíneo para poder funcionar. Como tal, la oxigenación es algo clave para asegurar la actividad cerebral y garantizar el funcionamiento del sistema nervioso.

De acuerdo con un artículo del National Center for Biotechnology and Information, “nuestro cerebro necesita casi el 20 por ciento del oxígeno disponible para la función normal, lo que vuelve esencial para la supervivencia la regulación estricta del flujo sanguíneo y del suministro de oxígeno”.

Así las cosas, el flujo sanguíneo al cerebro es un factor indispensable para el transporte de glucosa y otros nutrientes. Cuando este comienza a generar una mala circulación, esto indica que hay algo que interfiere con el sistema circulatorio que pueden provocar interrupciones, trastornos o enfermedades subyacentes.

Según los expertos, los obstáculos en los vasos sanguíneos dificultan, por tanto, que la sangre atraviese y llegue al cerebro. De hecho, “lo que ocurre al impedir la circulación cerebral es que llegan a este órgano menos oxígeno y glucosa. Cuando las células no obtienen el oxígeno que necesitan, como resultado, no pueden funcionar con normalidad”, según explican desde la web Gammaknife.

El flujo sanguíneo al cerebro es un factor indispensable para el transporte de glucosa y otros nutrientes | Foto: Phil Leo / Michael Denora

Factores que aumentan el riesgo de padecer una mala circulación cerebral

  • Presión arterial alta
  • Colesterol alto
  • Consumo de alcohol
  • Fumar
  • Inactividad
  • Edad avanzada

En caso de padecer este problema de salud, es importante acudir al médico para el diagnóstico y el tratamiento de la afección. Adicional a ello, la alimentación es clave para mejorar la circulación del cerebro; de hecho, el portal web Diario de Sevilla lista algunos alimentos que favorecen la circulación sanguínea y disminuyen el riesgo de padecer afecciones relacionadas con ello:

Pescado

Tanto el salmón, caballa, atún, sardina, anchoas, boquerones, etc., son una excelente fuente de ácidos grasos omega-3, los cuales son beneficiosos para la circulación sanguínea. Este nutriente promueve la liberación de óxido nítrico, que a su vez dilata los vasos sanguíneos y aumenta el flujo.

El salmón fue uno de los pescados que se consideran más saludables. | Foto: 2015 Toronto Star

“También disminuye la capacidad de coagulación de la sangre, rebaja la presión arterial y la tasa de colesterol baja, consiguiendo un efecto beneficioso no solo sobre el corazón sino sobre todo el sistema circulatorio y el cerebro”, indica el portal en mención.

Manzana

Este es un alimento que ayuda a disminuir el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, dado que reduce el colesterol malo y los niveles de azúcar en sangre. Por ello, los expertos aconsejan consumir manzana para mejorar la circulación y limpiar las venas debido a su alto contenido en fibra, pectinas y polifenoles.

Ajo

Este superalimento, que es casi que indispensable en la preparación de comidas, contiene alicina, una sustancia capaz de aumentar el flujo sanguíneo de los tejidos y disminuir la presión arterial al relajar los vasos.

La cáscara de ajo puede ser útil para el organismo. | Foto: Getty Images

Almendras

Al ser ricas en fibras, proteínas, vitaminas B y E, grasas saludables, hierro, calcio, fósforo, favorecen la salud del corazón, por lo que se recomienda el consumo de unos 30 gramos al día. Asimismo, “entre las bondades de las almendras destaca que ayudan a fortalecer los huesos, el cabello, la piel y son buenas para el corazón, por ello la Federación Española del Corazón recomienda su consumo”, destaca el Diario de Sevilla.

Espinacas

Este vegetal favorece la circulación y a su vez controla la tensión arterial debido a su contenido de ácido fólico que ayuda a mantener controlada la tensión y reduce la hipertensión. Por otra parte, las espinacas contienen glicolípidos que mejoran la producción de un vasodilatador natural del cuerpo denominada óxido nítrico, “una molécula hace que los vasos sanguíneos se dilaten, mejorando con ello la circulación de la sangre y produciendo una reducción de la presión arterial”.