La alimentación tiene gran poder sobre el cuerpo. Y es que su importancia parte del principio básico que es la comida la principal fuente de vitaminas, minerales y otros nutrientes esenciales que el organismo necesita para las actividades del día a día o para que los procesos metabólicos internos puedan llevarse a cabo con normalidad.
Si se come de manera equilibrada, se podría gozar de una cantidad ideal de proteínas, energía, carbohidratos y más. Además, mejorarían aspectos de la vida diaria como el descanso, la memoria o hasta la inteligencia. Así las cosas, ha sido tanta la importancia de este aspecto que la Organización Mundial de la Salud se ha referido al respecto.
“Llevar una dieta sana a lo largo de la vida ayuda a prevenir la malnutrición en todas sus formas, así como diferentes enfermedades no transmisibles y trastornos. Sin embargo, el aumento de la producción de alimentos procesados, la rápida urbanización y el cambio en los estilos de vida han dado lugar a un cambio en los hábitos alimentarios. Actualmente, las personas consumen más alimentos hipercalóricos, grasas, azúcares libres y sal/sodio; por otra parte, muchas personas no comen suficientes frutas, verduras y fibra dietética, como por ejemplo cereales integrales”, menciona la entidad.
Relacionando todo lo dicho, cabe mencionar que si bien no existe un alimento capaz de reparar por completo al cerebro con el paso de los años, sí es cierto que algunos de los que hacen parte de los tipos ya enlistados en el párrafo anterior ayudarán en el proceso.
De acuerdo a lo que indica la Escuela de Medicina de Harvard (HMS, por sus siglas en inglés) en su sitio web, los mejores alimentos para el funcionamiento del cerebro son los mismos que sirven de ayuda a la salud cardiovascular, por lo que consumirlos representará dos beneficios en uno.
Los primeros son las verduras de hoja verde tales como la lechuga, la espinaca, las coles o el brócoli. Estas son ricas en nutrientes que fortalecen el rendimiento cerebral como la vitamina K, la luteína, el ácido fólico y el betacaroteno. En sus aportes está la capacidad de ayudar a ralentizar el deterioro cognitivo.
Por otro lado, los pescados grasos o azules constituyen grandes niveles de ácidos grasos omega 3 y de grasas insaturadas. De esta manera, los médicos apuntan a que pueden consumirse hasta dos veces por semana, pero valdrá la pena intentar con aquellos que sean bajos en mercurio, pues este puede ser tóxico en exceso.
Otro de los anotados por la HMS son las bayas, debido a que incluyen gran contenido de flavonoides y pigmentos vegetales, propiedades que las convierten en clave para el fortalecimiento de la memoria.
A su vez, conforme a lo reseñado por Harvard y también por The Journal of Nutrition, aquellos que tienen un mayor consumo de cafeína o teína presentan mejores resultados en las pruebas de función mental. Además, por lo que encontró un análisis de la Universidad John Hopkins, estas sustancias logran hacer con que los recuerdos sean más sólidos.
No obstante, debe evitarse su ingesta excesiva. Expertos señalan que máximo cuatro tazas de café al día son aceptables.
Finalmente están las nueces. Estos frutos secos son reconocidas concentraciones de proteínas y grasas saludables, por lo que se vuelven aliadas en el desarrollo sano de la memoria. De otro lado, poseen gran nivel de un ácido graso omega 3 conocido como ácido alfa-linolénico (ALA) que ayuda a reducir la presión arterial y limpiar las arterias.
Estos alimentos no solo ayudarán a que la inteligencia se incremente o la memoria se agudice, sino que también serán de provecho en contra de graves enfermedades cerebrales como el alzhéimer.