La alimentación es un factor esencial al momento de mantener una adecuada salud de los intestinos. De lo contrario, los alimentos inflamatorios como las bebidas carbonatadas, productos lácteos, frutas cítricas, algunas verduras como el repollo y legumbres como los frijoles, pueden provocar el síndrome del intestino irritable.
De acuerdo con Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, el síndrome del intestino irritable es un trastorno frecuente que afecta al intestino grueso. Los signos y los síntomas incluyen cólicos, dolor abdominal, hinchazón abdominal, gases y diarrea o estreñimiento.
Entre otras de las causas de esta afección están las anomalías en el sistema nervioso, el estrés a temprana edad, las infecciones causadas por bacterias y virus, contracciones musculares en el intestino y cambios en los microbios intestinales. Cabe resaltar que en la mayoría de casos de las personas con síndrome de colon irritable experimentan síntomas más frecuentes durante periodos de mayor estrés.
Ahora bien, es esencial denotar los alimentos que aumentan el riesgo de padecer esta enfermedad. Por esta razón, El Confidencial señaló un artículo de la creadora de la famosa dieta del 123 publicado en The Daily Mail, la australiana Emma Taylor. Ella sugirió que los alimentos aparentemente saludables pueden ser peligrosos para la salud. Como tal, los alimentos con un alto contenido de lectinas, pueden aumentar la inflamación del intestino. Esta proteína unida a los carbohidratos, se adhiere a las membranas celulares dentro del tracto digestivo y al azúcar que hay en el cuerpo.
Taylor ha dado a conocer cinco alimentos que se deben evitar para mantener la salud de los intestinos:
- Los tomates: aunque es una verdura rica en fibra y vitamina C, el tomate puede tener efectos nocivos para la salud, debido a la gran cantidad de semillas que contiene. Estas contienen muchas lectinas que pueden desencadenar problemas digestivos si se unen a las paredes del estómago. Por su parte, Taylor recomienda reemplazar su consumo con alternativas ricas en minerales, como las hojas verdes como lechuga, espinacas o brócoli, entre otras.
- Las patatas: este alimento tiene un alto contenido de lectinas, lo que puede dañar la salud intestinal. A pesar de que se destaca por ser una fuente de vitaminas, minerales e hidratos de carbono, contiene lectinas. “Es muy importante moderar la cantidad de patatas que consumes en tu dieta para mantener una ingesta correcta de lectinas”, señala la nutricionista.
- Frutos secos: los cacahuetes y anacardos son ricos en proteínas y antioxidantes, pero tienen una gran cantidad de lectinas que pueden pasar por medio del revestimiento intestinal al torrente sanguíneo. De este modo, tener un alto volumen de estas sustancias en la sangre pueden provocar un crecimiento de carcinógenos, las células que provocan el cáncer. Taylor sugiere reemplazar estos frutos secos por las nueces, las cuales tienen una gran concentración de selenio.
- Carnes rojas y fritos: es claro que los fritos no son sanos, ya que aumentan los niveles de obesidad por su alto porcentaje en grasas y tampoco es saludable para el intestino. En luchar por no consumir estos alimentos, lo ideal sería comer mejor pollo, pescado o carnes magras.
- Condimentos: como tal, se usan para aderezar las comidas; sin embargo, estos pueden ser peligrosos porque pueden aumentar los síntomas del colon irritable.