La glucosa mal controlada es un detonante para padecer diabetes. Por suerte, con unos simples cambios de hábitos es posible evitar complicaciones de gravedad.
Con base en la información de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la diabetes es una enfermedad crónica y de larga duración en la que el cuerpo convierte los alimentos en energía. Internamente, el organismo descompone los productos con azúcar (glucosa) y los libera en el torrente sanguíneo.
De igual forma, el páncreas produce una hormona llamada insulina, la cual actúa como una llave que permite que el azúcar en la sangre entre a las células del cuerpo para que estas la usen como energía. No obstante, para el caso de los pacientes diabéticos, el organismo por naturaleza deja de producir cantidades suficientes de insulina.
En consecuencia, la falta de insulina genera que la cantidad de azúcar en la sangre aumente y, por consiguiente, las personas tienden a padecer enfermedades relacionadas con el sistema cardiovascular, pérdida de visión y patologías renales.
La diabetes no tiene cura, pero es posible evitarla o controlarla con una mejor regulación de la alimentación. Es por eso que los expertos de la Sociedad de Diabetes de Estados Unidos (ADA) recomiendan una serie de bebidas que aportan a impedir que esta condición haga presencia en el organismo.
Seleccionar bebidas indicadas resulta vital para evitar problemas indirectos, controlar síntomas y mantener un peso saludable. Al mismo modo, la recomendación es optar por opciones bajas en azúcar y con un consumo moderado.
Los lácteos con grasas reducidas son una opción nutritiva. Pero sucede que contienen azúcar láctea natural, lactosa, por lo que esta bebida debería considerarse dentro de los carbohidratos totales permitidos para el día.
La segunda bebida recomendada es agua. Esta sustancia es un fundamental para hidratarse, lo cual es todavía más importante en estos pacientes. La hidratación es un punto fundamental para gozar de buena salud, pero para los diabéticos es necesario para controlar la glucosa.
Beber suficiente agua al día permite que la eliminación de desechos sea más eficaz, entre los cuales está el exceso de azúcar en la sangre. La liberación de la glucosa se hace mediante la orina. La sugerencia de los expertos es de nueve a 13 vasos distribuidos al día.
Por otro lado, las infusiones son una alternativa para gozar de efectos positivos para la salud. Aparte de regular la glucosa e impedir que los niveles se eleven, también ayuda a controlar la presión arterial y el colesterol dañino LDL.
Las investigaciones sugieren que tomar hasta seis tazas al día puede reducir el riesgo de diabetes tipo 2, aunque no es concluyente. Adicionalmente, la variedad de tés presentes en el mercado ayuda a que los pacientes puedan elegir acorde a sus gustos,
Los expertos aseguran que el café es una bebida igual de beneficiosa que las mencionadas anteriormente. La regla aplica tanto a cafés con cafeína y descafeinados, por lo que de acuerdo a las características y gustos de cada persona es posible inclinarse por cualquiera de ambas opciones.
El consumo de dos a tres casas diarias es lo clave y sin pasarse de esa dosis. Superar las cuatro tazas puede ser contraproducente, dado que esta bebida puede aumentar la cantidad de calorías presentes si no se regula su ingesta.
Si bien los jugos naturales son positivos, los expertos señalan que la mejor opción es el de tomate, dado que es el la fruta que menor cantidad de azúcar proporciona. Una mezcla de hojas verdes, apio o pepinos con frutos rojos provee sabrosas vitaminas y minerales es una gran alternativa.