Con la llegada de un nuevo año se crean propósitos, se plantean nuevas metas y se definen proyectos tendientes a mejorar o cambiar la condición de vida. Sin embargo, no es tarea fácil, pues esto dependerá mucho de la energía que se le ponga y la fortaleza mental con la que se trabaje para lograr las metas.

Una de las principales recomendaciones de los especialistas y por la que debería empezarse es por sentirse bien consigo mismo, pues una baja autoestima es posible que afecte los diferentes aspectos de la vida. Puede tener repercusión en las relaciones, el trabajo y la salud, precisa el instituto de investigación Mayo Clinic.

Para empezar el año con buena energía y trabajar en el logro de objetivos, los expertos brindan algunas recomendaciones.

1. Control al estrés

Para el logro de objetivos, es importante organizarse bien para que el estrés no sea un elemento más de la vida cotidiana. Al abordar las responsabilidades, es importante que el ritmo sea asumible y no desborde a las personas, indica el portal Cuerpo Mente. Plantea que, por ejemplo, se puede empezar por irse un poco antes a dormir para despertarse más descansado y sin sensación de sueño, lo que mejora el rendimiento y el estado anímico.

“Las hormonas del estrés, como el cortisol, interactúan con el sistema inmunitario y disminuyen los niveles de linfocitos, lo que hace que la persona sea más propensa al cansancio, los resfriados, la gripa y otras infecciones, y lleva a consumir más azúcares y grasas. Eso favorece a su vez la irritabilidad y los altibajos anímicos”, precisa la citada fuente.

2. Alimentarse bien

Cuando los niveles de estrés son elevados, esto lleva a consumir más azúcares y grasas, lo que afecta al equilibrio emocional a medio plazo, ya que estos nutrientes ofrecen energía rápida de asimilar, pero su uso reiterado provoca irritabilidad y falta de concentración.

Para mantenerse con buena energía y salud mental, se debe dar prioridad a los hidratos de carbono de absorción lenta, llamados así debido a su bajo índice glucémico, como los cereales integrales, las legumbres, las hortalizas y los frutos secos.

También es importante incluir en la dieta alimentos ricos en ácidos grasos omega-3, que están presentes en el aceite de lino, las microalgas, las nueces y las semillas de chía. También se encuentra en el pescado azul para quien siga una dieta vegetariana.

Las vitaminas del grupo B y el magnesio equilibran positivamente el sistema nervioso. Las primeras se encuentran en cereales integrales, mientras el segundo abunda en hortalizas y frutas.

3. Manejar bien el tiempo

Se ha normalizado que muchas personas vivan todo el tiempo a las carreras y es posible que esto resulte muy contraproducente, pues no solo implica un gasto emocional y físico innecesario, sino que además provoca una mala disposición para hacerle frente a las actividades.

Una buena fórmula para mejorar este aspecto es madrugar un poco más y acostarse más temprano, según una publicación de la revista Mejor con Salud, escrita por Edith Sánchez. Si se duerme bien, el estado de ánimo mejora y la mente estará más despejada.

4. Realizar ejercicio físico

Realizar actividad física de manera regular es una buena forma de mantener la buena energía. Caminar, trotar, bailar, montar en bicicleta, nadar, ir al gimnasio o practicar cualquier modalidad deportiva con regularidad reporta numerosos beneficios para el organismo. Por ejemplo, mantiene equilibrados los niveles de azúcar y colesterol, mejora la flexibilidad y la fuerza física, permite disfrutar de un cuerpo más ágil y saludable, genera optimismo e incrementa la energía.

5. Conectar con la naturaleza

El contacto con la naturaleza despeja la mente y libera los sentidos. La práctica de ejercicio al aire libre es una buena forma de aprovechar los beneficios que brinda la naturaleza, en pro no solo de la salud física, sino mental.