Según la Clínica Mayo, la fibromialgia es un trastorno caracterizado por dolor musculoesquelético generalizado acompañado por fatiga y problemas de sueño, memoria y estado de ánimo. Los investigadores creen que la fibromialgia amplifica y afecta el modo en que el cerebro en conjunto con la médula espinal procesan las señales de dolor y de no dolor.

Asimismo, señalan que los síntomas a menudo comienzan después de un evento como un traumatismo físico, cirugía, infección o estrés psicológico significativo. “En otros casos, los síntomas se acumulan progresivamente con el tiempo, sin que exista un evento desencadenante”, asegura la entidad.

Según estudios realizados, las mujeres son más propensas que los hombres a desarrollar fibromialgia. Muchas personas con fibromialgia también tienen dolores de cabeza tensionales, trastornos de la articulación temporomandibular, síndrome de colon irritable, ansiedad y depresión.

Si bien no existe una cura para la fibromialgia, hay varios medicamentos que pueden ayudar a controlar los síntomas. El ejercicio, la relajación y las medidas para reducir el estrés también pueden ayudar.

Yoga

Un estudio desarrollado por varios investigadores de la Universidad de York demostró que esta disciplina ayuda a mejorar el ánimo y minimizar los síntomas del dolor y la fatiga. De hecho, estudios demuestran que el ejercicio puede ayudar a restablecer el equilibrio neuroquímico del cuerpo y que desencadena un estado emocional positivo. El ejercicio regular no solo disminuye la adrenalina asociada al estrés cardíaco.

Además, también aumenta los niveles de endorfinas naturales, moléculas que combaten el dolor, ayudando a reducir la ansiedad, el estrés y la depresión.

Acupuntura

Otra terapia popular que algunas personas usan para el control de esta enfermedad es la acupuntura, funciona al reducir la inflamación, estimular la liberación de los calmantes propios del cuerpo, es decir, las endorfinas, y al calmar el cerebro. Es segura y presenta pocos efectos secundarios de duración breve.

El método consiste en insertar agujas finas en la piel y estas se distribuyen a lo largo de diferentes puntos del cuerpo. Para quienes no toleran las agujas se les recomienda la acupresión, cuyo tratamiento consiste en hacer presión en determinados puntos del cuerpo, utilizando los dedos u otros dispositivos.

Meditación

El Centro Nacional para las Terapias Alternativas y Complementarias, que forma parte del Departamento de Salud del Gobierno de EE. UU., señala que el entrenamiento en técnicas de meditación, que incluye el mindfulness, es eficaz para tratar el dolor crónico, la depresión, el insomnio, la ansiedad y otras patologías asociadas a este problema.

Asimismo, una investigación realizada en la Universidad de Granada reconoce sus efectos sobre la salud física y mental; ya que ayuda a controlar esos desequilibrios que inciden en las dolencias.

Taichí

La investigación de la Universidad de Tufts de Boston concluye que el Taichí aporta beneficios superiores que el ejercicio aeróbico para los enfermos con dolores crónicos y fibromialgia. La mejora se apreció incluso entre aquellos que habían realizado Taichí solo una vez por semana.

Este método consiste en mover el cuerpo lentamente a través de una serie de posturas. Entre sus beneficios se incluyen la disminución del dolor y la mejora de la calidad de sueño.

Drenaje linfático

El drenaje actúa sobre el sistema nervioso simpático, que es el que hace el cuerpo se mantenga en alerta y que el sistema nervioso parasimpático, que es el que nos mantiene en un estado de más descanso. actúe con mayor fuerza. Además tiene acciones analgésicas, lo que consigue mayor relajación para el paciente.

Por otro lado, ayuda a que haya un aumento de los mecanismos inmunológicos del sistema inmunitario, por lo que ayudaría al estado físico y mental.

La acción predominante es una acción drenante que relaja la zona y elimina las sustancias tóxicas para ayudar a estar mejor.