Muchos sueñan con darle un giro de 180 grados a su vida: renunciar al trabajo e irse a recorrer el mundo. Pero son pocos los que finalmente se atreven. Si para el 2020 una de sus resoluciones es por fin convertirse en ese aventurero, SEMANA le presenta la historia de cinco viajeros que, contra viento y marea, han superado todos los obstáculos para cumplir su sueño de ver el mundo. 1. Juanita Arias: la colombiana que viaja en bicicleta por el mundo
En diciembre de 2017 cuando Juanita Arias Palacio decidió recorrer el mundo en bicicleta era poco lo que sabía sobre cómo funcionaba cada parte de esa máquina. Sabía cómo cambiar un neumático y el mantenimiento básico que debía darle, pero su conocimiento técnico sobre las herramientas o lo que debía hacer cuando se le dañara un piñón o una cadena en medio de la nada, era limitado. Tres años después, esta ingeniera civil de 27 años ha visitado 19 países y pedaleado más de 21.000 kilómetros en su cicla. Esta son las razones que la llevaron a dejarlo todo y emprender esa gran aventura. Lea aquí la historia completa.2. Las lecciones de una familia que lo dejó todo
Muchos tardan años para organizar un recorrido de un mes por Europa. A Julián Mejía le tomó las seis horas que dura el viaje entre Bogotá y Buenos Aires decidir dar la vuelta al mundo por un año con su esposa Lupe, una peruana que conoció en Alemania mientras hacía una especialización, y sus tres hijos: Luciana, de 13 años; José Manuel, de 12, y Nicolás, de 11. Soñaban hacerlo desde novios y siempre el plan se derrumbaba ante la pregunta de qué hacer con el colegio de los niños. Pero finalmente, sacaron a sus tres hijos del colegio y durante un año recorrieron los sitios más históricos del planeta. Esto aprendieron de esa aventura. Lea aquí la historia completa.3. Christian Byfield: el banquero colombiano que dedicó su vida a viajar
La vida de Christian Byfield dio un giro de 180 grados en solo 754 días. Este joven que hoy tiene barba, pelo largo, piel bronceada por el sol y se viste con camisetas, hace cinco años tenía la cara rasurada, llevaba el pelo muy corto y vestía costosos vestidos y corbatas de diseñador para su trabajo como analista en una banca de inversión, cuya sede es un moderno edificio en la calle 71 con séptima, en pleno corazón financiero de Bogotá. Byfield dejó ese futuro promisorio para recorrer el mundo, ver koalas y nadar con delfines. Hoy, después de lanzarse a esa aventura que todos creían una locura, se gana la vida como instagramer de viajes. Esta es su apasionante historia. Lea la historia completa aquí.