El deseo de muchas personas es tener los dientes completamente blancos, aunque la tonalidad dental nunca ha sido exactamente de este color, pues suele tener matices de color marrón, amarillo o incluso grises.
El color de los dientes está genéticamente determinado y existe un alto grado de variabilidad entre diferentes personas e incluso entre los dientes de un mismo individuo. El tono está determinado principalmente por la dentina, que es la segunda capa de tejido debajo del esmalte, el cual normalmente es traslúcido. Aún así, los dientes pueden decolorarse por manchas en la superficie o por cambios que pueden presentarse en su interior.
Según la revista Muy Saludable de la compañía de medicina Sanitas, los dientes más sanos y más fuertes no son necesariamente los más blancos, sino más bien los que tienen un tono blanco azulado traslúcido, lo que permite que el color amarillento de la dentina se refleje a través del esmalte.
No obstante, existen muchos factores que hacen que los dientes se vuelvan opacos y pierdan su color blanco. El consumo excesivo de ciertos alimentos como el café, el té u otras bebidas oscuras pueden manchar el esmalte, que es la capa externa de los recubre. Además, la acumulación de placa también puede incidir en que se vean amarillos.
Muchas personas recurren a costosos tratamientos para tratar de recuperar su color natural y eliminar esos tonos que por estética no lucen bien. Sin embargo, existen formas naturales de hacerle frente a esos cambios en el tono de los dientes.
Cepillarse con bicarbonato de sodio
El bicarbonato de sodio tiene propiedades blanqueadoras naturales, lo que lo hace un ingrediente popular en los dentífricos comerciales. Se trata de un abrasivo suave que puede ayudar a quitar las manchas superficiales en los dientes, además de crear un ambiente alcalino en la boca, impidiendo el crecimiento de bacterias.
Si bien no se trata de un remedio que blanqueará los dientes de la noche a la mañana, lo cierto es que sí puede generar cambios en la apariencia con el paso del tiempo, asegura el portal especializado Healthline, el cual cita un estudio que determinó que las pastas dentales con bicarbonato de sodio fueron significativamente más efectivas para eliminar las manchas amarillas que aquellas que no contenían esta sustancia.
Agua oxigenada
El peróxido de hidrógeno o agua oxigenada es un agente blanqueador natural que también elimina las bacterias en la boca. De hecho, este producto se ha utilizado durante años para desinfectar las heridas debido a su capacidad de eliminar las bacterias. Es importante usar concentraciones diluidas con el fin de evitar que se cause irritación de las encías y sensibilidad dental.
Dado que la concentración más común de peróxido de hidrógeno que venden en la farmacia es una solución a 3 %, esta se debe diluir para crear una concentración de 1,5 % mezclando partes iguales de peróxido y agua. “Otra forma de usar el peróxido de hidrógeno es mezclándolo con bicarbonato de sodio para hacer una pasta dental”, dice Healthline. Se combinan dos cucharaditas de agua oxigenada con una cucharadita de bicarbonato de sodio y usa la mezcla para cepillarte los dientes suavemente. No debe usarse todo el tiempo, sino unas veces a la semana.
Comer frutas y vegetales
Una dieta rica en frutas y vegetales puede ser buena no solo para el cuerpo sino para los dientes. Si bien no sustituyen el cepillado, las frutas y los vegetales crujientes y crudos pueden ayudar a eliminar la placa cuando la persona mastica. Las fresas y la piña son dos frutas que podrían ayudar a blanquear los dientes.
En el primer caso, se puede mezclar con bicarbonato. El ácido málico que se encuentra en las fresas elimina el descoloramiento en los dientes, mientras que el bicarbonato de sodio elimina las manchas. Sin embargo, este remedio no ha sido completamente respaldado por la ciencia.
En cuanto a la piña, un estudio encontró que usar una pasta de dientes que contiene bromelina, una enzima que se encuentra en las piñas, fue significativamente más efectivo para eliminar las manchas dentales que una pasta de dientes estándar. Sin embargo, no existe evidencia de que comer la fruta produzca el mismo efecto.
Otros métodos naturales
Existen algunos otros métodos naturales para blanquear los dientes, pero no hay pruebas científicas que demuestren que sean seguros o efectivos. Algunos de ellos es cepillarse con carbón activado, con arcilla de caolín, cáscara de frutas como naranja, limón o plátano. Otra de las opciones es bañárselos con vinagre de manzana.
Levadura de cebada
Los principios activos de la levadura de cerveza facilitan la eliminación de los restos de alimentos acumulados en los dientes e impiden la formación de sarro y manchas, asegura el portal Mejor con Salud. En este tratamiento se combina un poco de sal para potenciar su efecto exfoliante. Se usan dos cucharadas de levadura de cerveza, una cucharadita de sal y agua. Se combinan los ingredientes en un recipiente y luego se agrega el agua y se hace una pasta, que se puede utilizar tres o cuatro veces a la semana.
Y aunque estos remedios pueden ayudar, lo mejor es adoptar estrategias que permitan prevenir las manchas. Por ejemplo, limitar el consumo de alimentos y bebidas que manchen los dientes como el café, el vino tinto, los refrescos y las bayas oscuras. Eso no significa que se tengan que evitar por completo, pero sí que se limite el tiempo que estas sustancias están en contacto con los dientes.
Es recomendable cepillarse los dientes inmediatamente después de consumir uno de estos alimentos o bebidas para limitar sus efectos sobre el color de los dientes. También evitar fumar y masticar tabaco, ya que estos pueden causar descoloramiento, todo acompañado de una adecuada higiene bucal.