Tal y como lo señala la Real Academia Española (RAE) una mentira es la “expresión o manifestación contraria a lo que se sabe, se cree o se piensa”, por lo que puede verse como inofensiva, pero en algunos casos, es síntoma de un trastorno de conducta.
Asimismo, decir mentiras rompe la confianza de una persona con otra, por lo que si se tiene problemas con ello, se recomienda consultar con un profesional de la salud, para un seguimiento psicológico.
El artículo titulado “Decir mentiras en la vida cotidiana: consecuencias motivacionales y organizacionales de las preferencias secuenciales” de Noelie Rodríguez y Alan Ryave Ph.D., señala cómo las personas sostienen mentiras, concluyendo que todas las decían de una manera “espontánea” y “fácil” de la misma manera.
Esto responde a que los seres humanos buscan aceptación más no rechazo. Sin embargo, el portal Mejor con Salud revela algunas señales que dejarían al descubierto a quienes dicen mentiras.
Las señales que exponen a una persona mentirosa
Si bien es cierto que el lenguaje corporal es un factor principal para delatar a una persona enamorada o nerviosa; con este indicador, también se puede evidenciar las posibles mentiras que dice. Por ejemplo, su nerviosismo, su fatiga, y/o desconcentración. Lo anterior, teniendo claro el contexto del que se habla y las situaciones a priori que la otra persona vive.
1. La mirada: tanto mantener la mirada fija como apartarla por un prolongado tiempo mientras se conversa, puede ser una señal importante. Se debe de antemano determinar y conocer muy bien a la persona y su comportamiento. Pero si sus ojos son desafiantes o denotan inseguridad, posiblemente podría estar diciendo mentiras.
2. Sus ademanes: como se mencionó anteriormente, conocer la personalidad de una persona, y su comportamiento es indispensable para no entrar en juicio, sino darle el posible “beneficio de la duda”. Sin embargo, existen otras actitudes comunes que pueden determinar si una persona dice mentiras, como por ejemplo, ante una llamada telefónica, retirarse del lugar, hablar en voz baja, entre otras.
3. Incomodidad: una persona que no se encuentra en armonía en el lugar en el que se encuentra, denota incomodidad expresada a través de su cuerpo, que aunque no es un factor determinante, si podría ser un ítem a evaluar.
4. Evadir las preguntas: en medio de un diálogo hay preguntas que requieren de una respuesta específica, por lo que es evidente cuando una persona no quiere responder ante un cuestionamiento.
5. Pupilas dilatadas: esta señal es uno de las más destacadas en quienes suelen decir mentiras.
Los motivos de quienes dicen mentiras
Cada persona es un mundo diferente, no obstante, se pueden generalizar algunos comportamientos humanos, para responder el por qué una persona dice mentiras, que se podría traducir, que lo hace por:
- No responder por las consecuencias de dicha mentira que pueden terminar en posibles daños no solo personales sino en su núcleo social o familiar.
- A lo anterior se suma, un deshonor por lo dicho, que en algunos casos puede generar rechazo, no necesariamente por lo que se ocultó, sino el por qué no se habló.
- Una de las más comunes respuestas de las mentiras es “por amor”, es decir, que aquel dice una mentira por no querer agredir emocionalmente a alguien, un comportamiento que es más desfavorable de lo que parece.
Por último, se recomienda, antes de enjuiciar a una persona, confrontarla en los mejores términos y con soluciones, creando un espacio para que diga la verdad. Entre tanto, como se sugirió anteriormente, una ayuda psicológica puede ser parte de la solución para reconstruir no solo la autoconfianza, sino relaciones interpersonales.