La ansiedad es un sentimiento de miedo, temor e inquietud, de acuerdo con Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Además, Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, explicó en su portal web que los signos y síntomas de la ansiedad más comunes incluyen los siguientes:
- Sensación de nerviosismo, agitación o tensión.
- Sensación de peligro inminente, pánico o catástrofe.
- Aumento del ritmo cardíaco.
- Respiración acelerada (hiperventilación).
- Sudoración.
- Temblores.
- Sensación de debilidad o cansancio.
- Problemas para concentrarse o para pensar en otra cosa que no sea la preocupación actual.
- Padecer problemas gastrointestinales (GI).
- Tener dificultades para controlar las preocupaciones.
- Tener la necesidad de evitar las situaciones que generan ansiedad.
Asimismo, la Sociedad Española de Medicina Interna explicó que existen varios tipos de trastornos de ansiedad, incluyendo:
- “Trastorno de ansiedad generalizada: las personas con este trastorno se preocupan por problemas comunes como la salud, el dinero, el trabajo y la familia. Sus preocupaciones son excesivas y las tienen casi todos los días durante al menos seis meses.
- Trastorno de pánico: las personas con trastorno sufren de ataques de pánico. Estos son repentinos y repetidos, con momentos de miedo intenso sin que exista un peligro aparente. Los ataques se producen rápidamente y pueden durar varios minutos o más.
- Fobias: las personas con fobias tienen un miedo intenso a algo que representa poco o ningún peligro real. Su miedo puede ser por arañas, volar, ir a lugares concurridos o estar en situaciones sociales extremas (conocida como ansiedad social).
- Trastorno obsesivo-compulsivo: incluye pensamientos o acciones no voluntarias que el paciente no puede dejar de pensar o hacer para no generar ansiedad. En todo caso, el sujeto reconoce el carácter absurdo de sus pensamientos o acciones. Por ejemplo: lavarse las manos de forma frecuente.
- Trastorno por estrés postraumático: se da en aquellos casos en los que se presentan secuelas psicológicas desagradables tras el impacto de un trauma emocional, una guerra, una violación, etc. Se caracteriza por los recuerdos persistentes del suceso traumático, un estado emocional con exaltada vigilancia y la reducción general de interés por los sucesos cotidianos”.
Así las cosas, la entidad sin ánimo de lucro explicó que se han estudiado varios tés a base de hierbas para el tratamiento de la ansiedad, pero se necesitan más investigaciones para comprender los riesgos y los beneficios:
- Pasiflora. Algunos ensayos clínicos de poca envergadura sugieren que la pasiflora podría ayudar con la ansiedad. En muchos productos comerciales, la pasiflora se combina con otras hierbas, lo cual hace difícil distinguir las cualidades exclusivas de cada hierba. La pasiflora generalmente se considera segura cuando se utiliza según las instrucciones, pero algunos estudios establecieron que puede provocar somnolencia, mareos y confusión.
- Valeriana. En algunos estudios, las personas que usaron valeriana informaron menos ansiedad y estrés. En otros, las personas no manifestaron ningún tipo de beneficio. En términos generales, se considera que la valeriana es segura en dosis recomendadas, pero dado que no existen ensayos de seguridad a largo plazo, no se debe tomar más de una vez por semana, a menos que lo apruebe un médico, pues puede provocar algunos efectos secundarios como dolores de cabeza, mareos y somnolencia.
- Manzanilla. Hay datos limitados que muestran que el uso a corto plazo de la manzanilla generalmente se considera seguro y puede ser eficaz para reducir los síntomas de la ansiedad. Sin embargo, la manzanilla puede aumentar el riesgo de sangrado cuando se usa con medicamentos anticoagulantes. El uso de la manzanilla puede provocar reacciones alérgicas en algunas personas que son sensibles a la familia de plantas que incluye a la manzanilla.
- Lavanda. Cierta evidencia sugiere que la lavanda oral o la aromaterapia con lavanda pueden reducir la ansiedad. Sin embargo, la evidencia es preliminar y limitada. La lavanda oral puede provocar estreñimiento y dolores de cabeza. También puede aumentar el apetito, aumentar el efecto sedativo de otros medicamentos y suplementos, y provocar baja presión arterial.
- Toronjil. Las investigaciones preliminares indican que el toronjil puede reducir algunos síntomas de ansiedad, como el nerviosismo y la excitabilidad. El toronjil generalmente es bien tolerado y se considera seguro en el uso a corto plazo, pero puede provocar náuseas y dolor abdominal.