Con relativa frecuencia se habla de la importancia de mantener el cerebro activo para garantizar el buen funcionamiento de las habilidades cognitivas. Y si bien hay hábitos, rutinas y ejercicios que pueden resultar útiles para que las personas obtengan una agilidad mental óptima, lo cierto es que la alimentación también puede ser de gran ayuda en estos casos.

Hay nutrientes y vitaminas que están presentes en las comidas y que no solo ayudan a proteger el organismo del deterioro cognitivo, sino que también pueden ayudar a mejorar algunas capacidades como la concentración y el aprendizaje.

Al menos así lo ha afirmado Uma Naidoo, psiquiatra nutricional y miembro de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, quien ha señalado la importancia de comer adecuadamente para cuidar la salud del cerebro.

En un artículo que la experta escribió para el medio estadounidense Cnbc News dio algunos consejos sobre las mejores estrategias para tener una nutrición que potencie la salud cognitiva a cualquier edad. Además, compartió con los ciudadanos recomendaciones de comidas específicas que son nutritivas y fáciles de recordar.

Para empezar, resaltó la importancia del consumo de bayas, entre las cuales citó ejemplos como los arándanos, las moras, las fresas y las frambuesas, a las cuales calificó como “excelentes opciones”. Para consumirlas, indicó Uma Naidoo, es clave tener en cuenta que deben estar en un buen punto de maduración.

Y advirtió que en ocasiones pueden ser frutas que no perduren mucho, aun cuando se ponen en la nevera, por lo cual subrayó que se deben comer a tiempo. Además comentó que pueden ser una gran alternativa si se consumen congeladas, en tanto esté claro que no tengan azúcares añadidos u otros “aditivos”.

Las bayas pueden ayudar a mantener la salud del cerebro. | Foto: Getty Images / carlosgawv

De otro lado, señaló la importancia de consumir frutas y verduras de un amplio espectro de colores. Esto es para recordar con mayor facilidad cuáles se deben comer. Entre otras cosas, la psiquiatra comentó que comer repollo rojo, pimientos verdes o amarillos y vegetales de “colores vibrantes” puede ser de gran utilidad para asegurar que el organismo obtenga una amplitud de nutrientes y vitaminas saludables para el organismo.

Y si bien afirmó que este principio también puede ser de ayuda para escoger algunas frutas (cita, por ejemplo, las piñas, los kiwis y algunas frutas cítricas de múltiples colores), es clave tener en cuenta que estas no tengan niveles altos de azúcar. En esa medida, la experta hizo énfasis en “no exagerar” con la ingesta de algunas frutas que son conocidas por ser muy dulces, como los mangos y las uvas.

Las frutas pueden ser de gran ayuda para las funciones cognitivas, pero la experta señala, que deben consumirse con moderación por su nivel de azúcar. | Foto: Getty Images

Así mismo, manifestó que, para ella, uno de los colores más importantes es el verde, pues está presente en alimentos claves como la rúcula y distintos tipos de lechuga.

En tercer lugar, la experta advirtió que puede ser importante incluir antioxidantes en la dieta. Uno de los alimentos atractivos para el paladar que contiene buenos niveles de antioxidantes es el chocolate amargo. Vale decir que en este caso también es clave cerciorarse de que no cuenta con azúcares añadidos.

Más adelante, la psiquiatra de Harvard sostuvo que se deben consumir dosis suficientes de proteínas, tanto magras como de origen vegetal. Entre otros alimentos que entran en este grupo, la experta mencionó la carne de aves de corral, los mariscos, los huevos y la carne de res (que, sin embargo, debe haber sido alimentada con pasto).

En cuanto a las proteínas de origen animal, citó el tofu orgánico y algunos granos como los fríjoles y las lentejas.

Algunos granos como las lentejas y los fríjoles pueden ser muy útiles en la dieta. | Foto: Getty Images

Por último, la experta psiquiatra indicó que pueden consumirse nueces y semillas, pues son ricos en aceites omega que son claves para “agudizar el cerebro”. Entre otras alternativas, puntualizó que se pueden comer semillas de chía, el cáñamo y el lino.