El cabello, por ser un rasgo delgado y fino de la piel, conformado por fibra de queratina y otros componentes delicados, se ha convertido en una parte del cuerpo de sumo cuidado, por lo que cada vez son más las personas que gastan mucho esfuerzo, dinero y tiempo en mantenerlo no solo sano, sino estéticamente en óptimas condiciones.
Y es que la negligencia en el cuidado capilar puede derivar en condiciones como la alopecia temprana, que representa la caída del mismo en proporciones inadecuadas, así como en el aumento de su fragilidad, quebrándose fácilmente o creciendo de manera pobre.
Ya que está conformado por tejidos conjuntivos y vasos sanguíneos, cualquier problema existente en el cuero cabelludo es una alerta a la salud, igual de ser un aviso de la falta de algún nutriente esencial en el organismo.
Una buena alimentación, hábitos saludables e incluso un cuidado frecuente a la salud mental son algunas de las recomendaciones para tener una cabellera abundante y fuerte. Esto se aconseja ya que factores como el estrés o la ingesta de algunos productos propician la destrucción del cabello, así como su pérdida.
En ese orden de ideas, un consumo balanceado de los alimentos debidos permitirá que el pelo crezca y se desarrolle, incluso con brillo e hidratación. Así, nutrientes como el hierro o el zinc son indispensables. Las proteínas también aportarán, pues el 80 % de la masa capilar está compuesta por estas, en especial por queratina.
Asimismo, una dieta equilibrada le proporcionará la cantidad necesaria al organismo de las 13 vitaminas esenciales que existen, siendo cinco de estas sumamente beneficiosas para el cuidado del cabello.
La vitamina B, por ejemplo, es conocida como la vitamina de la piel, el cabello y las uñas. Esto se debe a que tiene componentes que aportan en gran manera al fortalecimiento de estas partes, pues contiene biotina, la cual estimula al crecimiento de los tejidos, interviene en el metabolismo de las grasas y aporta a la circulación.
La vitamina C, por su parte, tiene tres beneficios para el cabello. Lo primero es que, como antioxidante, prepara al cuerpo ante radicales libres, combatiendo al estrés oxidativo, que suscita a la pérdida del cabello, Además, posee colágeno, que es una proteína importante en el fortalecimiento del cuero cabelludo. Finalmente, absorbe hierro, mineral útil en el crecimiento del pelo.
Por otro lado, estudios han encontrado una relación entre los bajos niveles de vitamina D y la alopecia, pues esta vitamina ayuda a crear nuevos folículos, pero si no está presente, esta creación se dificulta, haciendo cada vez más escaso el cabello. La luz solar y el pescado son ricas fuentes de esta vitamina.
Entre otras, la vitamina E también es un antioxidante, cumpliendo funciones parecidas a las de la C. Sin embargo, hay también otro factor y es que estudios han hallado una conexión entre la ausencia de esta vitamina y la poca cantidad de cabello. “Una investigación de 2010 encontró que las personas con pérdida de cabello aumentaban el crecimiento del pelo hasta en un 34,5 % al recibir una suplementación de vitamina E”, según la revista Business Insider.
Finalmente, la vitamina A auxilia al desarrollo y mantenimiento de los tejidos epiteliales, incluyendo a los del cabello. De la misma manera, tal vitamina ayuda a que las glándulas produzcan sebo, el cual es una especie de aceite que previene el quiebre del pelo. La vitamina A está presente en alimentos como la leche, los huevos, las verduras, las frutas o algunos cereales.
Por último, cabe mencionar que dichos aportes solo son posibles si se acompañan de una higiene correcta, sumada a evitar químicos que puedan anular todos los aportes antes mencionados.