La quebradura de un hueso puede ser una de las afecciones más dolorosas y cuyo tratamiento implica un largo tiempo de reposo, mientras que la extremidad o la parte lastimada permanece inmóvil hasta que se mejore la lesión.
Es difícil prevenir una caída o un trauma que, de manera inmediata, cause una fractura, pero lo cierto es que hay algunos cuidados que pueden implementarse para mantener la buena salud ósea y así evitar el desarrollo de enfermedades que propicien el daño de estos tejidos, como la osteoporosis.
Justamente, uno de los aspectos clave para tener unos huesos fuertes está en una buena alimentación, de la cual se obtienen minerales y vitaminas esenciales para la formación y conservación de los huesos, tales como la vitamina D o el calcio.
Como explican desde la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, Medline Plus, estos componentes son necesarios para mantener la estructura ósea, al tiempo que se reducen las probabilidades de padecer enfermedades crónicas. Y es que con el envejecimiento natural se incrementa el riesgo de sufrir afecciones como la osteoporosis, la cual hace que los huesos sean más susceptibles a las lesiones.
Pensando en ello, en la dieta deben primar aquellos ingredientes que ayuden a fortalecer el cuerpo y todas las partes que lo componen. La ciruela es una de las frutas que se llevan el título de ‘superalimentos’, esto debido a que en su composición nutricional pueden encontrarse diferentes vitaminas y minerales.
De acuerdo con la Fundación Española de la Nutrición, la ciruela tiene diferentes variaciones, desde su color amarillo, rojo, negro o verde -de lo cual también depende su sabor, siendo unas más ácidas que otras-.
Sobre su contenido en nutrientes, la entidad señala que se trata de una fuente de minerales como el potasio y el calcio, que contribuyen al bienestar del organismo. Pero, además, es una fuente de vitaminas como la A y la C, que son reconocidas por su efecto antioxidante.
Un estudio referenciado por el portal de estilo de vida de Terra, en México, tenía por objeto de investigación el efecto de las ciruelas en la propensión a desarrollar enfermedades óseas. Para obtener alguna conclusión, realizaron pruebas con un grupo de participantes, al que se dividió en tres subgrupos: quienes consumieron 50 gramos de ciruela; otro más, con 100 gramos; y uno que no ingirió nada de la fruta.
A partir de la investigación, refieren en el portal, se encontró que la ciruela era efectiva para controlar algunos aspectos que estimulaban la disminución de la densidad ósea, tales como la oxidación del organismo.
Esto se relacionó al aporte de antioxidantes presentes en la fruta que, como indican desde la Fundación Española de la Nutrición, es una acción que se le confiere a las antocianinas, responsables de la tonalidad característica de la cáscara de las ciruelas.
Lo anterior se debe tener presente para conservar la cáscara de la fruta al momento de consumirla. Cabe mencionar que también se puede integrar como ingrediente dentro de otras recetas, como jugos o batidos.
Hay que precisar que la dieta debe ser balanceada y no solo estar basada en ciruelas, para así poder disfrutar de sus beneficios. También debe ser un plan que esté acompañado de otros hábitos saludables dentro del estilo de vida, como la práctica moderada de actividad física, siendo lo mínimo necesario 30 minutos al día, según indican los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos.
Este artículo no sustituye una recomendación médica profesional, por lo que antes de realizar un cambio en la alimentación se sugiere consultarlo antes con el especialista.