Un coágulo de sangre es una masa que se forma cuando las plaquetas, proteínas y células de la sangre se pegan entre sí, de acuerdo con MedlinePlus, la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos.
Adicional a esto, explicó que los coágulos de sangre se pueden formar o viajar a los vasos sanguíneos de las extremidades, los pulmones, el cerebro, el corazón y los riñones. Por ejemplo, los coágulos en las piernas son una señal de trombosis venosa profunda y esta puede causar dolor o hinchazón de piernas, pero también puede ocurrir sin síntomas.
Los signos y síntomas de la trombosis venosa profunda pueden incluir los siguientes:
- Hinchazón en la pierna afectada. Rara vez la inflamación aparece en ambas piernas.
- Dolor en la pierna. Generalmente el dolor empieza en la pantorrilla y se siente como un calambre o una inflamación.
- Enrojecimiento o decoloración en la pierna.
- Sensación de calor en la pierna afectada.
De acuerdo con Mayo Clinic, una entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, cualquier cosa que impida que la sangre circule o se coagule normalmente puede ocasionar un coágulo sanguíneo; por ende, las causas principales de la trombosis venosa profunda son el daño a una vena en una cirugía o un traumatismo e inflamación debido a infecciones o lesiones.
No obstante, hay factores que aumentan el riesgo de presentar una trombosis venosa profunda como, por ejemplo:
- Edad. Tener más de 60 años aumenta el riesgo de sufrir una trombosis venosa profunda, aunque puede presentarse a cualquier edad.
- Permanecer sentado durante períodos prolongados, como al conducir o volar. Cuando las piernas permanecen quietas por muchas horas, los músculos de las pantorrillas no se contraen. Las contracciones musculares normalmente ayudan a la circulación de la sangre.
- Reposo prolongado, como en una larga hospitalización, o parálisis. Si los músculos de las pantorrillas no se mueven por períodos prolongados, se pueden formar coágulos sanguíneos.
- Lesiones o cirugía. Las lesiones en las venas o la cirugía pueden aumentar el riesgo de presentar coágulos sanguíneos.
- Embarazo. Aumenta la presión en las venas de la pelvis y de las piernas. Las mujeres con un trastorno de coagulación heredado corren un riesgo mayor. El riesgo de presentar coágulos sanguíneos por el embarazo puede continuar hasta seis semanas después de tener al bebé.
- Píldoras anticonceptivas (anticonceptivos orales) o terapia de reemplazo hormonal. Ambos métodos pueden aumentar la coagulación de la sangre.
- Tener sobrepeso u obesidad. El exceso de kilos aumenta la presión en las venas de la pelvis y de las piernas.
- Cáncer. Algunas formas de cáncer aumentan las sustancias en la sangre que provocan que esta se coagule. Algunos tratamientos contra el cáncer aumentan el riesgo de sufrir coágulos sanguíneos.
- Insuficiencia cardíaca. Esto aumenta el riesgo de sufrir una trombosis venosa profunda y una embolia pulmonar. Dado que las personas con insuficiencia cardíaca presentan una función cardíaca y pulmonar limitada, los síntomas causados incluso por una pequeña embolia pulmonar son más evidentes.
- Enfermedad intestinal inflamatoria. Las enfermedades intestinales, como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, aumentan el riesgo de sufrir una trombosis venosa profunda.
- Antecedentes personales o familiares de trombosis venosa profunda o embolia pulmonar. Si la persona o un miembro de la familia tuvieron una de estas enfermedades o ambas, es posible que se corra un mayor riesgo de sufrir una trombosis venosa profunda.
- Genética. Algunas personas heredan factores de riesgo o trastornos genéticos, como el factor V Leiden, que hacen que la sangre se coagule con mayor facilidad. Es posible que un trastorno heredado no cause coágulos sanguíneos por sí solo, a menos que se combine con uno o más factores de riesgo.
- Sin factores de riesgo conocidos. A veces, puede formarse un coágulo sanguíneo en una vena sin ningún factor de riesgo subyacente aparente. Esto se conoce como un tromboembolismo venoso no provocado.