Desde hace algunos meses se ha popularizado en Colombia, especialmente entre las mujeres, el consumo de un suplemento superpoderoso que promete lo más parecido a la receta de la eterna juventud: disminuir las arrugas, hacer crecer las uñas y el cabello, mantener la digestión en su punto, ayudar en el control del peso y disminuir el dolor en las articulaciones.
Desde entonces, la escena se repite en miles de hogares: batidos, agua, jugos y hasta café terminan con una dosis generosa de colágeno en polvo, aunque también este suplemento se consigue en numerosas presentaciones.
¿A qué se debe el repentino boom por esta proteína, fácil de adquirir mediante la ingesta de numerosos alimentos en la dieta diaria?
El asunto es simple: el colágeno es la sustancia que se encarga de crear y mantener los tejidos conectivos, proporciona estructura y estabilidad al organismo. En otras palabras, ayuda a mantener una apariencia joven y lozana. Se trata, además, de la proteína más abundante que existe en el organismo, por lo que se encuentra en diferentes partes, como huesos, piel, uñas, articulaciones, dientes y córneas.
La dermatóloga Constanza Vanegas Torres comenta que el colágeno “es secretado y producido por los fibroblastos, unas células presentes en la conexión de los tejidos que sostienen, protegen y estructuran otros órganos del cuerpo. Entonces, su buena fama se debe precisamente a que proporciona elasticidad y flexibilidad a los tejidos de todo el organismo”.
Y el auge de su consumo, añade la especialista, se explica en que, a medida que las personas se hacen mayores, “el colágeno disminuye gradualmente dentro del cuerpo. Por eso, muchos asocian la pérdida de esta proteína con el envejecimiento, especialmente, en una sociedad que sataniza el paso de los años y las arrugas, y busca desesperadamente contrarrestar la llegada de la vejez”.
Después de los 30 años, “se pierde alrededor de un 1 por ciento de colágeno por año. No hay que olvidar que se trata de una proteína que es el mayor componente de la piel, suponiendo hasta un 70 por ciento”, apunta la especialista.
Esta disminución, agrega, “se acentúa, sobre todo, en las mujeres durante la menopausia y después de los 60 años, lo que genera flacidez, arrugas y otros signos de envejecimiento en la piel”.
A esto se suma el desgaste natural de las articulaciones y los huesos, reflejado en diferentes dolores y molestias, mayormente, a partir de los 50 años. “En estos casos, el consumo de colágeno se hace importante para el tratamiento de enfermedades degenerativas como la artrosis y la osteoporosis”, indica Vanegas Torres.
¿Milagroso?
Pero, ¿qué tan reales son los beneficios de consumir colágeno por medio de suplementos? ¿Es un hábito beneficioso o solo una moda alimentada por influencers en las redes sociales?Los médicos aún no se ponen de acuerdo.
Desde hace cerca de una década, estudios publicados en revistas científicas, como la International Journal of Medical Sciences, han declarado que ingerir estos suplementos disminuye los síntomas de enfermedades como la osteoartritis, el síndrome de colon irritable, el dolor de rodilla e, incluso, mejoran la apariencia de la piel.
No obstante, voces autorizadas como la de Mark Moyad, considerado una eminencia en suplementos nutricionales, señalan que las investigaciones sobre el colágeno hidrolizado están basadas en muestras pequeñas y carecen de objetividad, pues algunas han sido financiadas por la industria alimentaria.
Así las cosas, aunque existen diversos suplementos de colágeno en el mercado (cápsulas, gelatinas o gomas) para todos los bolsillos, la evidencia científica que respalda su eficacia es aún muy limitada.
Por eso, para Natalia Saldarriaga, nutricionista de la Universidad del Valle, conviene hacer dos precisiones frente “al supuesto poder milagroso del colágeno: por un lado, no es que el consumo de este suplemento devuelva el colágeno perdido con los años; y, por otro lado, la presentación del colágeno variará de acuerdo con el procesamiento de la materia prima para extraerlo”.
Esto es, piel, huesos y tejidos sobrantes de la carne de animales marinos o del ganado vacuno y los cerdos, y que se encuentra gelatinizado, hidrolizado o no hidrolizado.
La experta asegura que cada tipo de colágeno cuenta con diferentes atributos. “Por ejemplo, el colágeno gelatinizado tiene una disponibilidad ligeramente mayor al 1 por ciento, mientras que el hidrolizado presenta el máximo nivel de absorción”.
Este último está elaborado a base de huesos de vaca, pollo o pescado, lo que, a decir de Vanegas, se traduce en que “la cadena de aminoácidos del colágeno ha sido descompuesta en partículas más pequeñas, convirtiéndolo en un suplemento práctico y de mejor absorción, que puede ser mezclado con diferentes bebidas: desde agua, jugos, batidos, café, yogur y té hasta avenas y sopas”.
Respuestas diferentes
Un tercer factor en juego es que no todos los organismos responden de la misma manera al consumo del colágeno. “Los macronutrientes, sean grasas, carbohidratos o proteínas (como el colágeno), son moléculas grandes que necesitan ser fragmentadas para que el organismo las pueda absorber de manera adecuada”, añade.
Pese a ello, el porcentaje ideal de colágeno “aún no está definido y hace falta una mayor evidencia científica”, asegura Saldarriaga.
Para esta especialista, resulta fundamental que los consumidores adquieran estos productos en puntos autorizados y no se dejen llevar solo por “la imagen o la fama de la celebridad de turno que los promociona, especialmente en las redes sociales, en las que ahora todos parecen médicos. Hay que tener presente que tomar suplementos de colágeno hidrolizado, pese a sus beneficios aparentes, no va a aumentar milagrosamente la producción de colágeno en el organismo ni va a quitar las arrugas del rostro como por arte de magia”.
Pero, deja claro que “lo que sí ocurre con este tipo de suplementos es que el organismo aprovecha los aminoácidos presentes en el colágeno hidrolizado para producir proteínas con el objetivo de reparar tejidos corporales y hacer crecer la musculatura”.
De ahí que sea importante que las mujeres, de cara a la menopausia, aumenten la ingesta de colágeno después de los 30 o 40 años”.
Otra buena alternativa es mejorar la alimentación diaria y aprovechar muchos alimentos que ayudan al organismo a producir esta importante proteína (ver recuadro).
“Para producir colágeno, el cuerpo humano se vale de los aminoácidos, sustancias químicas orgánicas que conforman la base de las proteínas, presentes en varias fuentes de proteína animal, como el caldo de res, el de pollo, el de ternera y los huevos. Estos productos están en la dieta de millones de colombianos. Entonces, el suplemento es válido, pero no lo es todo”, puntualiza.
Alimentos ricos en colágeno
- La proteína animal es conocida por ser una de las mejores fuentes de colágeno. Patas de pollo, manitas de cerdo, huesos y sesos son algunos de los alimentos que ayudan a tener más colágeno en el organismo.
- El pescado es un gran aliado a la hora de incorporar colágeno en la dieta, especialmente por su alto contenido de omega 3, que ayuda a que los beneficios del colágeno se multipliquen y se mejore el aspecto de la piel.
- Las frutas y verduras de pigmentación roja también resultan una buena fuente de colágeno. De ahí que no dude en llevar en su mercado pimentón rojo, cerezas, fresas y tomates. Otras frutas cítricas y ricas en vitamina C, como el limón o la naranja, estimulan la creación de colágeno y antioxidantes.
- El huevo deja ver una vez más sus numerosas bondades. En este caso, tiene una alta concentración de esta proteína. Y no solo en su interior. Estudios han demostrado que la cáscara está cargada de colágeno. ¿Ha probado triturarla y agregarla a bebidas o ensaladas?
- Los frutos secos también se destacan como aliados en la ingesta del colágeno que el cuerpo necesita.