La serie surcoreana se ha convertido en una de las más vistas a través de la plataforma de Netflix y millones de personas en el mundo se preparan para festejar Halloween usando los trajes de los personajes de la popular serie.
De hecho, el creador de la serie afirmó que la mercancía relacionada con la serie como máscaras, overoles y capas se han vendido en todo el mundo.
Sin embargo, dado el carácter violento que tiene la serie, muchos padres de familia y educadores han manifestado su preocupación por el hecho de que su hijos quieran utilizar estos trajes haciendo una apología a la violencia.
De hecho, a principios de este mes, en Inglaterra, los colegios advirtieron a los padres que los estudiantes estaban copiando juegos de la serie que está destinada a los adultos.
Por esta razón, un distrito escolar del Estado de Nueva York, en Estados Unidos, prohibió a los alumnos los disfraces por Halloween de “El juego del calamar” por temor a que pueda enaltecer la violencia.
El distrito escolar de Fayetteville-Manlius, a unos 400 kilómetros al norte de la ciudad de Nueva York, escribió a los padres para informarles que los disfraces de la serie, que incluyen máscaras y buzos verdes y overoles rosas, no se aceptarán en sus seis centros.
Según lo dicho por el superintendente del distrito, Craig Tice, en un comunicado de prensa enviado a la AFP, los directores de las escuelas buscan que los padres sean conscientes de que el uso de estos disfraces en el colegio por los “potenciales mensajes violentos que desprende.
Según las directrices de los colegios, los “disfraces no deberían ser ni escabrosos ni tenebrosos para no asustar a los estudiantes más jóvenes”.
El distrito, que supervisa tres escuelas de educación básica para menores de 5 a 10 años en Nueva York, reportó que se han encontrado casos de estudiantes que han realizado juegos similares a los de la serie.
Además, el distrito espera que los padres y los supervisores “refuercen el mensaje del colegio de que los juegos relacionados con comportamientos violentos no son apropiados en los recreos”, aseguró.
La serie distópica surcoreana muestra a cientos de personas con dificultades económicas que compiten entre sí en un tradicional juego infantil. El vencedor puede ganar millones, pero los perdedores son asesinados. El juego incluye canicas, tire y afloje, y una luz roja y verde.
“No soy tan rico”: creador de ‘El Juego del Calamar’ sobre las ganancias que le dejó la serie
La producción surcoreana también superó de lejos a la popular serie británica ‘Bridgerton’, que llegó a 82 millones de hogares en su estreno. Su creador, el cineasta Hwang Dong-hyuk, es un director y guionista de 50 años de edad nacido en Seúl, la capital surcoreana. Ha sido director de numerosos cortometrajes como Our Sad Life o A Puff of Smoke.
Sin embargo, el éxito generado por El Juego del Calamar es el más llamativo de su legado audiovisual. Tal ha sido el récord de audiencias de la serie que muchos se preguntan si su creador se ha vuelto millonario, luego de que su creación se convirtiera en la serie “más grande de todos los tiempos” en Netflix.
Hwang Dong-hyuk, en diálogo con el diario británico The Guardian, aseguró que aunque muchos podrían pensar que su situación económica se disparó por cuenta de la serie, la realidad no es esa.
“No soy tan rico, pero tengo lo suficiente”, reconoció el director y guionista surcoreano. “Tengo suficiente para poner comida en la mesa. Y no es como si Netflix me estuviera pagando un bono. Netflix me pagó de acuerdo con el contrato original”, agregó el cineasta en un artículo publicado por el diario británico este martes 26 de octubre.
El ser una de las series más exitosas de la plataforma de streaming, hace que Netflix reciba millonarias ganancias económicas. Según el medio norteamericano Bloomberg, El juego del Calamar reportará a Netflix 891 millones de dólares (unos 768 millones de euros aproximadamente).
Lo más llamativo es que Netflix obtendrá millonarias ganancias con poca inversión, pues los documentos revelados por ese medio señalan que la producción de la serie costó 21,4 millones de dólares, alrededor de 2,4 millones por episodio. Aunque la cifra no es menor, lo cierto es que la inversión fue baja si se compara lo que va a recibir la plataforma a cambio.
El que no recibirá ganancias proporcionales al éxito de la serie es justamente Hwang Dong-hyuk, su creador. Por el contrario, la producción audiovisual fue tan estresante que el director confesó que sufrió desgaste “físico, mental y emocional”. “Seguí teniendo nuevas ideas y revisando los episodios mientras estábamos filmando, por lo que la cantidad de trabajo se multiplicó”, reconoció el cineasta en diálogo con The Guardian.
Otro dato curioso es que cerca del 95 % de la audiencia de la serie se encuentra fuera de Corea del Sur, lo que explica que haya sido subtitulada a 31 idiomas y doblada a 13. Según cifras de Netflix, es la más vista por lo menos en 80 países, incluidos Estados Unidos y Colombia.
*Con información de AFP.