Si bien se trata de una sustancia fundamental para el normal funcionamiento del organismo, si el colesterol se eleva en la sangre resulta muy perjudicial y genera afectaciones, especialmente para el corazón.
El cuerpo requiere este tipo de grasa para fabricar hormonas, ácidos biliares, vitamina D, y otras sustancias. Sin embargo, su abundancia en la sangre y el depósito en las arterias es muy peligroso y produce ateroesclerosis, que es el estrechamiento o endurecimiento de los vasos sanguíneos, explica una publicación del portal Colesterol Familiar, de la fundación Hipercolesterolemia Familiar.
La Fundación Española del Corazón asegura que está demostrado que cuando una persona presenta niveles de colesterol elevado tiene el doble de riesgo de sufrir un infarto de miocardio frente a aquellas que lo mantienen regulado.
Aunque hay algunas causas que no se pueden modificar, como la herencia, el sexo y la edad, que son factores de riesgo para el desarrollo de esta enfermedad, lo que sí se puede hacer es adoptar hábitos saludables como llevar una dieta equilibrada y sana y practicar actividad física de manera regular.
El instituto de investigación Mayo Clinic recomienda realizar ejercicio la mayoría de los días de la semana. “La actividad física moderada puede ayudar a aumentar las lipoproteínas de alta densidad (colesterol HDL), el colesterol “bueno””, precisa.
Lo ideal es hacer por lo menos 30 minutos de ejercicio cinco veces a la semana o actividad aeróbica intensa durante 20 minutos tres veces a la semana. Otra forma es realizar intervalos cortos varias veces al día, pues esto ayuda a bajar de peso, uno de los principales factores de riesgo para el desarrollo y aumento de colesterol en la sangre. Por ejemplo, es posible realizar una caminata rápida durante la hora del almuerzo, todos los días, ir en bicicleta hasta el trabajo o practicar el deporte favorito.
De acuerdo con los especialistas, cuatro de los ejercicios o actividades físicas más recomendados para controlar los niveles de este lípido en el cuerpo son los siguientes:
Caminar
Si bien es probable que caminar no ofrezca los mismos beneficios que correr, ya que la intensidad es menor, lo cierto es que esta actividad física destaca como una alternativa aeróbica útil para tratar el colesterol alto, según una publicación de la revista Mejor con Salud.
Es una práctica que puede ejecutar cualquier persona. Lo ideal es realizar caminatas de 30 minutos al día a cualquier hora. Una opción es, por ejemplo, irse caminando al trabajo y regresar a la casa de la misma forma.
Nadar
Practicar este deporte demanda un importante gasto calórico y es una de las actividades más completas para mejorar condiciones generales de salud. Este ejercicio ayuda a la circulación de la sangre, especialmente la de las piernas, como consecuencia de las contracciones y descontracciones musculares que se producen al realizar los diferentes movimientos.
Bailar
Cuando a una persona no le agrada ir al gimnasio o salir a caminar, una alternativa viable es bailar para bajar el colesterol. La recomendación es tomarlo como una actividad constante y moderada, pues esto ayuda a movilizar las grasas del cuerpo y eliminar el glucógeno, que es la glucosa de más que se almacena en el hígado y los músculos.
Montar en bicicleta
Esta práctica es favorable, pero se debe conservar una intensidad moderada durante al menos 30 a 60 minutos. El consejo de los expertos es no realizar sobreesfuerzos. Los análisis científicos indican que practicar ciclismo ayuda a reducir los niveles de colesterol malo y a aumentar los del bueno. Al igual que ocurre con la natación, es una actividad física que no sobrecarga las articulaciones y con la que se ejercitan diferentes partes del cuerpo.
Otros hábitos a tener en cuenta
De acuerdo con Mayo Clinic, además del ejercicio hay otros hábitos que son favorables para reducir los niveles de colesterol o evitar que se aumente.
- Comer alimentos saludables para el corazón: Esto implica reducir las grasas saturadas, eliminar las trans, consumir alimentos ricos en ácido omega-3, ingerir suficiente fibra y añadir proteína a la dieta.
- Dejar de fumar mejora el nivel de colesterol HDL. Los beneficios se producen rápidamente. A los 20 minutos de haber dejado de fumar, la presión arterial y la frecuencia cardíaca se recuperan del pico inducido por el cigarrillo. A los tres meses de haber dejado de fumar, la circulación sanguínea y la función pulmonar comienzan a mejorar y un año después, el riesgo de padecer una enfermedad cardíaca es la mitad que el que tiene un fumador.
- Bajar de peso: Tener algunos kilos de más, aunque sean pocos, contribuye al colesterol alto.
- Limitar el consumo de alcohol.