El colesterol es una sustancia presente en la sangre y necesaria en niveles adecuados para algunas funciones vitales del cuerpo; el organismo necesita de esta para formar células sanas, pero cuando los niveles de este lípido son altos se pueden formar depósitos de grasa en los vasos sanguíneos, lo que puede taponar las arterias e impedir la libre circulación de la sangre.
Según la Fundación Española del Corazón, el cuerpo necesita ciertas cantidades de colesterol para funcionar adecuadamente. Esta sustancia cerosa se produce, en su mayoría, en el órgano interno más grande del cuerpo, el hígado, aunque también se puede obtener de ciertos alimentos.
El colesterol está presente en la piel, los músculos, el corazón, el sistema nervioso, el hígado y los intestinos. Además, se divide en dos categorías que permiten identificar si se trata de colesterol malo (LDL) o colesterol bueno (HDL). Según explica Mayo Clinic, el colesterol bueno ayuda a eliminar otros tipos de esta sustancia del torrente sanguíneo. Cuando los niveles de HDL aumentan se presenta un menor riesgo de desarrollar una enfermedad cardíaca.
El portal de salud y cuidado personal Healthline menciona algunas formas naturales que pueden ayudar a aumentar los niveles de colesterol bueno y por ende disminuir los malos.
- Aumentar el consumo de grasas monoinsaturadas: las grasas saturadas e insaturadas tienen al menos un doble enlace químico que cambia la forma en que se utilizan en el cuerpo. Las grasas monoinsaturadas tienen solo un doble enlace. El medio menciona que un estudio de 10 hombres encontró que una dieta baja en grasas de 6 semanas redujo los niveles de LDL dañino, pero también disminuyo el HDL bueno.
- Por otra parte, una dieta alta en grasas monoinsaturadas redujo el LDL dañino, pero también protegió niveles más altos de HDL bueno. Fuentes de grasas monoindaturadas: aceitunas y aceite de oliva, aceite de canola, frutos secos, como almendras, nueces y avellanas y aguacates.
- Consumir grasas poliinsaturadas como el omega 3: este tipo de grasas tiene doble enlace lo que hacen que se comporten de manera diferente en el cuerpo a comparación de las grasas saturadas. Ciertas investigaciones muestran que las grasas poliinsaturadas reducen el colesterol malo (LDL) lo que reduce el riesgo de desarrollar enfermedad cardíaca.
- En un estudio se sustituyeron las grasas saturadas en las dietas de 115 adultos por grasas poliinsaturadas durante ocho semanas. Al final, los niveles de colesterol total y LDL se redujeron en aproximadamente 10 %.
- Evitar las grasas trans: las grasas trans o insaturadas son modificadas por medio de un proceso llamado hidrogenación. La mayoría de mantecas y margarinas están hechas de este tipo de aceites. Las compañías de productos usan este tipo de grasa en productos como pasteles, galletas, entre otros, gracias a que las grasas trans no están completamente saturadas, pero son sólidas a temperatura ambiente; por lo que proporcionan más textura que los aceites líquidos insaturados.
- Las grasas trans aumentan el colesterol total y el LDL, pero disminuyen el HDL bueno hasta en 20 %. El medio menciona que un estudio de salud estimó que las grasas trans pueden ser responsables del 8 % de las muertes por enfermedades del corazón en todo el mundo.
- Consumir fibra soluble: las bacterias buenas que viven en los intestinos pueden digerir la fibra soluble. El medio menciona que en un estudio en el que participaron 30 adultos, después de haber tomado 3 gramos de suplementos de fibra soluble diariamente durante 12 semanas disminuyó el LDL en un 18 %. Las mejores fuentes de fibra soluble incluyen frijoles, guisantes, lentejas, frutas, avena y granos integrales.