El colesterol es una sustancia parecida a la grasa que se encuentra en todas las células del cuerpo, de la cual requiere para producir hormonas, vitamina D y sustancias que le ayuden a digerir los alimentos.
Controlar sus niveles es una de las grandes preocupaciones de las personas, pues sus afectaciones en el organismo son importantes.
Según la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, esta sustancia es producida por el hígado y está contenida en algunos alimentos de origen animal, como yemas de huevo, carne y queso, pero su exceso puede generar graves problemas de salud.
Por ejemplo, si hay demasiado colesterol en la sangre, este puede combinarse con otras sustancias y formar una placa que se adhiere a las paredes de los vasos sanguíneos. Esta acumulación se llama arterioesclerosis y puede provocar una enfermedad de las arterias coronarias.
Hay dos tipos de colesterol: bueno (HDL) y malo (LDL). HDL significa lipoproteínas de alta densidad y también se le conoce como colesterol bueno porque transporta las mencionadas grasas al hígado, órgano que se encarga de eliminarlas del cuerpo. Por su parte, el LDL, que son lipoproteínas de baja densidad, genera una acumulación de placa en las arterias.
Según el portal especializado Cinfasalud, en términos generales se considera que existe exceso de colesterol cuando el nivel total en la sangre supera los 200 miligramos por decilitros de sangre (mg/dl). Cuando esto ocurre, las grasas pueden tender a acumularse en el interior de las arterias, lo que impide el flujo de la sangre y puede desencadenar en enfermedades cardiacas graves, así como en accidentes cerebrovasculares.
Normalmente, el colesterol alto no se manifiesta con síntomas específicos; por lo tanto, los especialistas recomiendan realizarse análisis de sangre de forma regular con el fin de determinar sus niveles, así no existan factores de riesgo, dentro los cuales destacan malos hábitos alimenticios, falta de actividad física y consumo de tabaco. Además, la genética y el peso influyen, según el portal Salud 180.
Si bien normalmente cuando los niveles de esta sustancia están elevados se requiere de tratamiento médico, también existen algunas alternativas de remedios naturales que pueden ayudar a mantenerlos bajo control.
Alcachofa
Un artículo sobre plantas medicinales para el tratamiento de la hipercolesterolemia en la revista Offarm, explica que la alcachofa es ideal para bajar los niveles de colesterol. Contiene cinarina, una sustancia que ayuda a metabolizar las grasas, gracias a que evita la síntesis endógena de colesterol y lípidos, al tiempo que aumenta la excreción biliar de colesterol.
Puede consumirse a través de suplementos o en forma de infusión, bebiendo de dos a tres tazas al día. Sin embargo, es importante tener en cuenta que no se recomienda si la persona padece de obstrucción en las vías biliares o está en periodo de lactancia. De igual modo, en caso de embarazo lo recomendable es no consumirla sin autorización médica.
Salvado de avena
Esta es una fuente de fibra soluble que ayuda a eliminar el exceso de colesterol LDL (malo). Los copos se pueden tomar con leche vegetal o se añaden a ensaladas, arroces o platos de pasta integral, según información del portal Cuerpo Mente.
Datos del instituto de investigación clínica Mayo Clinic precisa que de 5 a 10 gramos o más de fibra soluble al día, bajan el colesterol LDL. Consumir una porción de salvado de avena en el desayuno proporciona de tres a cuatro gramos.
Diente de león
El diente de león es una planta apreciada, tanto en la gastronomía como en la medicina tradicional, formando parte de diferentes suplementos. En la lista de usos está aliviar los problemas digestivos, además de estimular el metabolismo y ayudar a limpiar la sangre, por lo que puede contribuir a regular los niveles de colesterol cuando son elevados, de acuerdo con un artículo publicado en la Revista Internacional de Acupuntura, y citado por Salud 180.
Una forma de aprovecharlo es en infusión, añadiendo una cucharada de raíz de diente de león triturada en 200 miligramos de agua hirviendo. Se deja reposar 10 minutos antes de colar y ya estará listo para consumirlo. La recomendación es ingerir tres tazas al día.