Cuando una persona mantiene hábitos alimenticios negativos en los que el consumo de grasas dañinas prevalece, diferentes cambios y alteraciones se empiezan a generar el organismo; algunos de estos son el incremento de los niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre.
De acuerdo con información de Medline Plus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, el cuerpo humano necesita cierta cantidad de colesterol para funcionar correctamente. Sin embargo, un exceso de esta sustancia en la sangre puede provocar que se taponen o estrechen las arterias, aumentando el riesgo de desarrollar enfermedades de las arterias coronarias y otras afecciones de tipo cardiovascular.
El colesterol viaja por la sangre en proteínas llamadas lipoproteínas y se divide en dos tipos: por un lado, el colesterol de baja densidad (LDL, por su sigla en inglés, también llamado colesterol “malo”); y el colesterol de alta densidad, (HDL, también llamado colesterol “bueno”).
El principal problema con el colesterol malo (LDL) es que conlleva a una acumulación de placa en las arterias, es decir, puede provocar el taponamiento de estas y aumenta el riesgo de adquirir problemas de salud.
Por su parte, los triglicéridos son un tipo de grasa en el cuerpo que viajan a través de la sangre en partículas redondas denominadas lipoproteínas. En niveles óptimos, este lípido es una de las principales fuentes de energía, pero cuando los niveles son altos, es un detonante de distintas enfermedades.
Hay unos rangos para definir el nivel de triglicéridos, que se conocen con un simple análisis de sangre. Un nivel de triglicéridos normal es cuando hay menos de 150 miligramos por decilitro (mg/dl), o menos. Una persona está al límite de tener triglicéridos altos cuando registra de 150 a 199 mg/dl (1,8 a 2,2 mmol/l).
Es de vital importancia reducir tanto los niveles altos de colesterol y triglicéridos en la sangre para disminuir el riesgo de sufrir ataques cardíacos. Por ello, el portal Saber Vivir recomienda consumir los siguientes remedios con hierbas:
1. Té de alcachofa. “Es una gran aliada para reducirlo ya que frena su formación en el hígado y facilita la eliminación a través de la bilis”, indica el portal.
2. Té verde. “Por sus efectos antioxidantes, este tipo de té reduce la oxidación del colesterol y protege las arterias. Además es diurético y ayuda a combatir la obesidad”.
3. Alpiste. “Por la composición de sus semillas, muy ricas en fibras y en ácidos grasos monoinsaturados (Omega 9) y poliinsaturados (Omega 6), ayuda a frenar la absorción de las grasas”.
4. Diente de león. “Esta planta medicinal, aumenta la expulsión de bilis ricas en colesterol, mejorando así el perfil lípidico. También es un potente diurético”.
5. Cardo mariano. “Esta planta, por sus activos amargos, estimula la producción de bilis y favorece la eliminación de colesterol”.
6. Caña de azúcar. “Contiene policosanol, una sustancia que bloquea la fabricación de colesterol por parte del hígado. Se aconseja tomar de 5 a 20 mg de policosanol de caña de azúcar al día”, concluye la plataforma.
Las frutas que reducen el colesterol y estabilizan los triglicéridos
La Verdad señaló que las frutas que se pueden incluir en el plan de alimentación y que reducen los lípidos son:
- Manzana: es un alimento rico en vitamina C y A, al igual que en potasio. Además, las manzanas verdes son una buena fuente de flavonoides, cianidina y epicatequina. Además, contienen vitamina C.
- Cereza: esta fruta tiene pocas calorías, tiene potasio, fibra, vitamina A, vitaminas B1, B3 y B6, vitamina C, vitamina D y E, ácido fólico, betacaroteno o provitamina A y antioxidantes.
- Kiwi: es una fruta con sabor agridulce que aporta pocas calorías, pero buenas cantidades de vitamina C y K, potasio, folato, fibras y antioxidantes, entre otras.