En Colombia, entre 80 y 100 personas aguardan hoy día un trasplante de corazón. Quien lo cuenta es la doctora María Juliana Rodríguez, jefa del Programa de Falla Cardíaca y Trasplante Cardíaco de la Fundación Cardioinfantil, que esta semana reunió a importantes expertos en materia de detección, tratamiento e imágenes diagnósticas de las principales enfermedades del corazón en el Tercer Simposio de Falla Cardíaca e Imágenes Cardiovasculares.
Desde 2014, unas 30 personas han sido trasplantadas en Colombia. Y esto se debe a que el país ha sido pionero en Latinoamérica en asistencias circulatorias mecánicas desde hace cerca de una década.Cardiólogos y médicos ‘batallan’ contra una suerte de enemigo silencioso que mata cada año a miles.
Según el cardiólogo Héctor Medina, en el país la prevalencia de falla cardiaca es de 2 por ciento y “tiene una mortalidad de 50 por ciento a un año sin tratamiento, y eso es casi que peor que el cáncer”.
¿Y cuál es el riesgo de una enfermedad cardiovascular? “Justamente, la falla cardíaca, que es la incapacidad de la bomba del corazón para suplir las necesidades del cuerpo”, sostiene el también director de Educación Médica Continua y jefe de Imágenes Cardiovasculares de la Fundación Cardioinfantil.
Para este especialista, la importancia de cómo diagnosticar y tratar estas afecciones (infartos, arritmias, enfermedades valvulares) con imágenes “es absolutamente fundamental. Estamos tratando al enemigo número uno en cardiología y las enfermedades cardiovasculares son la causa número uno de muerte; la falla cardíaca es el camino común al que llegan todos los pacientes. Por eso, es tan importante saber cómo diagnosticarla y tratarla”.
En opinión del cardiólogo Medina, la preocupación es que “no estemos diagnosticando a todos los pacientes con falla cardíaca como se debe y, más grave aún, que no los estemos tratando. En este momento, por ejemplo, de las 74 camas en la Torre Cardiovascular de La Cardio, 40 por ciento de los pacientes tiene falla cardíaca y el resto está en riesgo de tenerla”.
Una esperanza
La buena noticia es que, como asegura Falla, los pacientes con afecciones de este tipo tienen al alcance la opción del trasplante. “Colombia es líder en terapias avanzadas en insuficiencia cardíaca y a los pacientes atendidos les hemos cambiado la vida. Cuando un paciente es trasplantado, siente que volvió a nacer. Es cambiar dependencia por independencia. Y los que no son aptos para ser trasplantados agradecen la existencia del corazón artificial”, dice.
Uno de los casos más exitosos fue el de Karol Mariana, una joven de 14 años que en 2019 logró un implante de corazón artificial. Esta tecnología consta de un dispositivo que está en su cuerpo denominado Heartware.
Un proceso que no es sencillo. “El paciente debe cumplir todos los requisitos físicos para llegar a una lista de espera para un trasplante. Y, si logra entrar, debe aguardar una donación, y en Colombia todavía adolecemos de esa cultura, lo que hace más largas las esperas. Estas pueden ser entre 20 días y tres meses”.
Y, pese a que en Colombia existe la Ley 1805 de 2016, poco se cumple. “Esa ley dice que si tú en vida fuiste a una notaría a dejar claro que no quieres ser donante, tu familia debe donar los órganos. Sin embargo, en algunas regiones pasan por encima de esa ley”, aclara la médica cardióloga.
En el país, dichos trasplantes se practican en personas desde los 16 hasta los 65 años. Y en ocasiones puede subir a 70 años la edad cuando el receptor se encuentra en muy buenas condiciones de salud en relación con sus otros órganos.
“Lo que realmente importa es que los pacientes ahora tienen opciones, como la asistencia circulatoria mecánica, que cambió la sobrevida de los pacientes”, concluye.