Desde finales de abril, cuando Europa pudo controlar la llegada de la pandemia, los expertos veían con nervios el espectro de una segunda ola de contagios. Todo indica que sus peores temores ya se están haciendo realidad. En los últimos días varios países en Europa, comenzando por España, Francia, Alemania, e Italia han visto cómo se disparan los números de nuevos contagios y de muertes.
Mientras tanto en Colombia el Ministerio de Salud ha dejado claro que el país aún vive la primera ola. Sin embargo, esta semana ha alertado un nuevo aumento de contagios, sobre todo en zonas como Antioquia y Casanare. Incluso, la curva no bajó, sino que comenzó a subir de nuevo. El pasado jueves los contagios llegaron a 11.187 casos, niveles que no se registraban desde agosto. El número de muertos en el país superó ya los 31.000 y el de contagios un millón.
Este escenario ha llevado al Gobierno central y a los alcaldes a tomar medidas preventivas como la ley seca y toques de queda. Y ahora que se acerca el fin de año, son muchos los que se preguntan si tendrán que pasar la navidad en medio de cuarentenas y toques de queda. Aunque todo dependerá del comportamiento ciudadano, Fernando Ruiz, ministro de salud, explicó a SEMANA los posibles escenarios.
SEMANA: ¿Cuál es la reflexión de lo que está viviendo Europa?
F.R.: El comportamiento de la pandemia en América ha sido a veces el reflejo del comportamiento de la pandemia en Europa, o a veces el resultado de las lecciones aprendidas allá. La mayor parte de la población aún es susceptible al virus, y eso significa que no podemos descartar un aumento de casos. En este momento, la experiencia europea nos dice que debemos seguir fortaleciendo el rastreo y el aislamiento selectivo, sin descartar medidas más generales que han demostrado que lentifican la propagación del virus.
SEMANA: ¿Cómo se está preparando Colombia para los posibles rebrotes?
F.R.: No espero que haya rebrotes, pero indiscutiblemente la indisciplina social y la falta de medidas de bioseguridad generarían escenarios de riesgo. El pilar de la estrategia es el rastreo oportuno y el aislamiento selectivo para que evitemos medidas de carácter masivo. El programa de Pruebas, Rastreo y Aislamiento Selectivo Sostenible, PRASS, está andando y fortaleciéndose cada día más. Lo fundamental es que los contactos estrechos de casos confirmados se aíslen de inmediato, sin esperar a la prueba.
SEMANA: Seguimos en la primera ola, ¿cuáles son las proyecciones de la segunda?
F.R.: La evolución de la pandemia en el país es muy desigual. Observamos cuatro estados: uno, regiones con un descenso consolidado y que hoy tienen pocos casos, como algunas ciudades del Caribe, la costa Pacífica y el Amazonas; dos, regiones que pasaron por el pico y hoy tienen un contagio moderado, como Bogotá y Cali; tres, regiones que tuvieron un ascenso lento y hoy están en pico, como las capitales del Eje Cafetero; y cuatro, municipios dispersos, con poca población y bajo contagio. Las proyecciones y las medidas, por lo tanto, dependen de la situación específica de cada región. Es imposible generalizar.
SEMANA: ¿Colombia podría volver a entrar en cuarentena estricta?
F.R.: No creo que Colombia entera tenga que volver a una cuarentena estricta, porque la evolución de la pandemia es muy asimétrica. Es más probable que algunas ciudades tengan que acudir a cierres focalizados. Una cuarentena generalizada solo sería necesaria si todas las regiones, al mismo tiempo, tuvieran crecimientos exponenciales que amenazaran con llevarlas a sobrepasar su capacidad hospitalaria. Eso es poco probable, por ahora.
SEMANA: ¿Cuáles son las alternativas entonces?
F.R.: La alternativa es el aislamiento selectivo con distanciamiento individual responsable.
Ministro Fernando RuizNo creo que Colombia entera tenga que volver a una cuarentena estricta. Eso solo sería necesario si todas las regiones, al mismo tiempo, tuvieran crecimientos exponenciales que amenazaran con llevarlas a sobrepasar su capacidad hospitalaria.
SEMANA: ¿Habrá cierres en diciembre?
F.R.: Las decisiones de diciembre dependen de nuestro comportamiento en noviembre. Si restringimos el contacto social, si rigurosamente usamos el tapabocas, si tenemos encuentros en espacios ventilados y con suficiente distanciamiento físico, si, en fin, se mantiene la meseta o los indicadores bajan, definitivamente no habría razones para cierres estrictos al final del año. Así como hemos aprendido a cambiar nuestra forma de estudiar, trabajar y relacionarnos, deberemos modificar la forma de celebrar la Navidad. Pero eso no debe significar que debamos tener menos alegría en ese momento tan importante.