El síndrome del intestino irritable es muy frecuente y afecta a millones de personas. Está relacionado con un conjunto de síntomas que incluyen dolor en el abdomen y cambios en la evacuación de las heces, precisa el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales de los Estados Unidos.
Según el instituto Mayo Clinic, solo una pequeña cantidad de personas con síndrome de colon irritable tiene síntomas graves y hay quienes los pueden controlar con cambios en la alimentación, el estilo de vida y bajando el nivel de estrés.
Las molestias más graves se pueden tratar con medicamentos y asesoramiento. La mencionada fuente asegura que este padecimiento no causa cambios en el tejido intestinal ni aumenta el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal.
Si bien se desconoce la causa precisa de la afección analizada, hay factores que inciden como las contracciones musculares en el intestino, anomalías en el sistema nervioso, infecciones, estrés y cambios en los microbios intestinales.
Las contracciones musculares, que son más fuertes y duran más de lo normal, pueden causar gases, hinchazón y diarrea, mientras que las débiles ralentizan el paso de los alimentos y provocan heces duras y secas, ocasionando estreñimiento.
De otra parte, las anomalías en los nervios del sistema digestivo hacen que el paciente experimente un malestar mayor que lo normal cuando el abdomen se estira debido a los gases o las heces.
La alimentación es determinante para evitar el síndrome de colon irritable. La ingesta de frutas, verduras, cereales integrales y proteínas magras ayuda a prevenir el desarrollo de esta afección. Las frutas y verduras aportan fibra, nutriente clave para mejorar el proceso digestivo.
Aloe vera contra el estreñimiento
Consumir algunas plantas medicinales también ayuda. Una de ellas es la sábila. Una publicación de la revista Mejor con Salud, escrita por Valeria Sabater, indica que consumir aloe vera a lo largo de 10 días seguidos aliviará la inflamación e irritación del colon. “Es uno de los pocos alimentos que al entrar en contacto en el intestino no se transforma en gas. Se activan sus propiedades antiinflamatorias y cicatrizantes. Suaviza y tonifica”, precisa.
Adicionalmente, se dice que controla las contracciones que originan el dolor y regula el paso correcto de las heces, evitando tanto el estreñimiento como las diarreas.
En esta línea, el portal de estilo de vida unCOMO indica que el aloe vera contiene agua, aloína, fibras, vitaminas (A, B y C), minerales (manganeso, calcio, potasio y sodio) y ácidos (fólico, salicílico y cinamónico) y gracias a esta composición ayuda a mejorar el movimiento intestinal, lubrica el tracto gastrointestinal, aporta propiedades laxantes, que ayudan a limpiar y purgar el sistema digestivo, elimina las toxinas, ayuda a regenerar la mucosa del colon y favorece el equilibrio de la flora intestinal.
Según Mejor con Salud, una manera de aprovechar estos beneficios es preparando una infusión, a la cual se le puede agregar menta. Esta hierba aporta propiedades carminativas, antiespasmódicas, relajantes y sedantes. Esto quiere decir que, una vez llegan al sistema digestivo, actúan directamente sobre el estómago y los intestinos. Ahí logran bajar la inflamación, reducir el dolor y aportan una sensación relajante.
Para preparar la bebida se requiere de dos cucharadas soperas de gel de aloe vera (40 gramos) y unas hojas de menta.
- Se calienta el agua y cuando llegue a ebullición se añade el gel de aloe vera. Se remueve bien para que quede bien diluido.
- Se añaden las hojas de menta.
- Una vez estos elementos se hayan mezclado bien y hayan desprendido su esencia en el agua, se retira del fuego y se deja reposar.
- La recomendación es tomar siempre tibio, a temperatura ambiente. Una taza en ayunas y otra después de cenar a lo largo de 10 días seguidos.