El síndrome del intestino irritable es un problema que afecta al intestino grueso y puede causar cólicos abdominales, distensión y cambios en los hábitos intestinales, de acuerdo con Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

Además, Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, explicó que se desconoce la causa precisa del síndrome de colon irritable, pero los factores que incluyen los siguientes:

  • Sistema nervioso: Las anomalías en los nervios del sistema digestivo pueden hacer que se experimente un malestar mayor que lo normal cuando el abdomen se estira debido a los gases o las heces. Las señales mal coordinadas entre el cerebro y los intestinos pueden hacer que el cuerpo reaccione de forma exagerada a los cambios que normalmente ocurren en el proceso digestivo, lo que causa dolor, diarrea o estreñimiento.
  • Infección grave: El síndrome de colon irritable puede aparecer después de un episodio grave de diarrea (gastroenteritis) causada por bacterias o virus. El síndrome de colon irritable también podría estar asociado con un exceso de bacterias en los intestinos (sobrecrecimiento bacteriano).
  • Estrés a temprana edad: Las personas expuestas a eventos estresantes, especialmente en la infancia, tienden a tener más síntomas de síndrome de colon irritable.
  • Cambios en los microbios intestinales: Los ejemplos incluyen cambios en bacterias, hongos y virus que normalmente residen en los intestinos y juegan un papel clave en la salud. Las investigaciones indican que los microbios en las personas con síndrome de colon irritable puede diferir de los microbios en las personas sanas.

Dicho lo anterior, el portal Terra reveló que la vitamina que ayuda a reducir los síntomas es la D, ya que los músculos la necesitan para el movimiento y los nervios para transmitir mensajes entre el cerebro y otras partes del cuerpo.

Por ello, los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés) señalaron que el consumo de vitamina D dependerá de la edad y el sexo y las cantidades promedio diarias recomendadas en microgramos (mcg) y unidades internacionales (UI) son:

  • Bebés hasta los 12 meses: 10 mcg (400 UI)
  • Niños de 1 a 13 años: 15 mcg (600 UI)
  • Adolescentes de 14 a 18 años: 15 mcg (600 UI)
  • Adultos de 19 a 70 años: 15 mcg (600 UI)
  • Adultos mayores de 71 años: 20 mcg (800 UI)
  • Mujeres y adolescentes embarazadas o en período de lactancia: 15 mcg (600 UI)

No obstante, la biblioteca explicó que es posible que la persona no tenga suficiente vitamina D por diferentes razones, por ejemplo:

  • No se recibe suficiente vitamina D en la dieta.
  • No se absorbe suficiente vitamina D de los alimentos (un problema de malabsorción).
  • No se recibe suficiente exposición a la luz solar.
  • El hígado o los riñones no pueden convertir la vitamina D en la forma activa en el cuerpo.
  • Se toman medicamentos que interfieren con la capacidad del cuerpo para convertir o absorber vitamina D.

Así las cosas, para evitar la deficiencia de vitamina D se deben consumir alimentos que la contenga, aunque son muy pocos, pero está presente en pescados grasos, como la trucha, el salmón, el atún y la caballa, así como los aceites de hígado de pescado.

De todos modos, la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica y por ello lo primero que hay que hacer es consultar a un experto de la salud para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona.