Millones de personas en el mundo padecen de asma. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta es una de las enfermedades crónicas más comunes entre los niños y afecta a más de 260 millones de personas, además de que las cifras de fallecimientos por esta causa ha venido en aumento.

Se trata de una afección en la que las vías respiratorias se estrechan e hinchan, lo que produce mayor mucosidad, dificultando la respiración y provocando tos, un silbido al exhalar y falta de aire. Si bien para algunas personas esta enfermedad puede ser una molestia menor, para otras es posible que se convierta en un problema mayor que interfiere en las actividades cotidianas.

Según el instituto de investigación Mayo Clinic, esta afección no tiene cura, pero sus síntomas pueden controlarse. Dado que se trata de un padecimiento que suele cambiar con el tiempo, es importante trabajar de la mano con el médico para hacer un seguimiento de los signos y los síntomas y ajustar el tratamiento según sea necesario.

De igual forma, es importante prestar atención a la alimentación. La ingesta de frutas y verduras es determinante para hacerle frente a esta afección. Estos alimentos son una buena fuente de antioxidantes como betacaroteno y vitaminas C y E, que ayudan a reducir la hinchazón y la irritación (inflamación) causadas por las sustancias químicas que dañan las células, conocidas como radicales libres.

Una de las frutas recomendadas como complemento para aliviar el asma es el mango. Una investigación publicada en la revista Nutrients, indica que solo una taza de este alimento proporciona casi el 67 % de la cantidad recomendada de vitamina C, nutriente que ayuda a absorber hierro y promueve el crecimiento celular y la reparación.

El portal Cuerpo Mente asegura que, debido a su contenido de betacaroteno, el mango es útil, entre otras cosas, para proteger la piel, las mucosas, los ojos y el corazón frente a la acción de los radicales libres.

Precisamente, gracias a los betacarotenos esta fruta ayuda a prevenir el desarrollo de enfermedades respiratorias tales como el asma. Este nutriente también está presente en el brócoli, los albaricoques, la calabaza e incluso el queso.

De igual forma, la combinación de magnesio y potasio hace que esta fruta esté indicada para mantener en buena forma el sistema musculoesquelético. Adicionalmente, posee vitamina K, que permite aumentar la cantidad de calcio esencial que las personas absorben con el consumo de alimentos como lácteos, ricos en este mineral. “Esto es una ayuda muy importante para evitar fracturas y tener una perfecta salud ósea”, precisa el portal Psicología y Mente.

Otros beneficios

Al mango se le considera como un aliado de los ojos, gracias a que contiene antioxidantes como la luteína y la zeaxantina que actúan como bloqueadores de los rayos solares previniendo el daño ocular causado por la luz solar. Adicionalmente, esta fruta es fuente de vitamina A, nutriente que ayuda a prevenir problemas oculares como ojos secos o ceguera nocturna.

La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos explica que a esta vitamina se le conoce como retinol, debido a que produce los pigmentos en la retina del ojo.

De igual forma, la mencionada fruta es rica en mangiferina y benzofenona, compuestos bioactivos que ejercen un efecto protector sobre el estómago debido a su acción antioxidante. “Esto reduce el daño de sus células y disminuye la producción de ácido del estómago, por lo que ayudaría a tratar enfermedades como la gastritis o una úlcera gástrica”, precisa el portal de bienestar y salud Tua Saúde.

Otro de sus beneficios es que ayudaría a controlar los niveles de glucosa en la sangre. Si bien tiene una alta cantidad de fructosa, por lo que en ocasiones se escucha decir que las personas con diabetes deben evitarlo, la clave está en consumirlo de forma moderada.