Contar el número de calorías se convierte en un mantra para las personas que deciden hacer una dieta para perder peso. Sin embargo, esta no es necesariamente la mejor forma de lograrlo, pues muchas veces estas fórmulas pueden tener efecto rebote o complicaciones para la salud.

Los expertos recomiendan no obsesionarse con lo que se ingiere, ya que también hay otras formas de lograr adelgazar sin tener que aguantar hambre. Existen hábitos que resultan saludables y que pueden ayudar a una persona a bajar de kilos, sin tener que hacer una dieta estricta.

De acuerdo con una publicación de Business Insider, una de las mejores opciones cuando se trata de bajar de peso es eliminar o reducir de forma significativa el consumo diario de azúcar. Muchos de los alimentos que se consumen en la dieta lo contienen. Lo ideal es comer azúcares naturales, pero siempre evitar los refinados.

Tomar agua antes de comer

Beber agua media hora antes de comer puede ayudar a conseguir el objetivo de perder peso. Business Insider cita un estudio según el cual esta fórmula puede incrementar la pérdida de peso en un 44 % en un lapso de tres meses.

Otro ‘tip’ es comer lento. La leptina es la hormona que ayuda en el proceso de adelgazar. Comer despacio ayuda a potenciarla, según el portal Healthline. Además, ingerir los alimentos de forma pausada ayudará a que la persona se sienta satisfecha y de esta forma evite comer de más. Las investigaciones indican que normalmente engordan más quienes comen más rápido, pues se evidencia una correlación entre el peso y la velocidad de ingesta.

Un informe de la revista Elle de España, asegura que es necesario intentar comer, como mínimo, en unos 20 minutos, nunca menos. De igual forma, se debe hacer en un entorno tranquilo y agradable, y preferiblemente en buena compañía.

Evitar distracciones

Comer sin prestar atención a lo que la persona tiene en el plato es otro error que puede llevar a ingerir más cantidad de la que se requiere. Si se está distraído con la televisión, el teléfono celular, conectado a un videojuego o haciendo otras tareas, es posible que la persona no tenga claro cuánto está comiendo. Eso hará que consuma más. Según un estudio publicado por The American Journal of Clinical Nutrition, la gente que está distraída durante el almuerzo ingiere un 10 % más de alimentos.

Hacer deporte

El ejercicio no debe faltar. Es clave que la persona siempre realice algún tipo de actividad física, acorde con las condiciones de salud y la edad. “Tener una vida activa previene problemas de salud, tales como la hipertensión, colesterol elevado, diabetes, ictus, sobrepeso y obesidad (además de todo lo que puede conllevar el exceso de peso). Por ello, sacar mínimo una hora al día sería lo ideal para poder practicar el ejercicio que más guste”, precisa el portal Men’s Health, el cual recomienda realizar ejercicio físico de tres a cinco veces a la semana.

Para los especialistas, es importante quitarse de la mente el concepto de la dieta, pues esta palabra tiene muchas connotaciones negativas y está relacionado con pasar hambre, sufrir, generar ansiedad y no tener vida social. ”Llevar una alimentación saludable no es sinónimo de dieta”, indican.

Alimentación sana

Pero tal vez el aspecto más importante es llevar una alimentación sana, la cual debe estar compuesta por alimentos reales y de calidad y por ello, según Men’s Health, debe estar basada en productos de origen vegetal como las frutas, las verduras, las legumbres, los frutos secos, las semillas y los cereales integrales de calidad y se puede complementar con alimentos de origen animal, como los huevos, los lácteos, el pescado o la carne.

La recomendación es que la alimentación no incluya productos ultraprocesados, ya que vienen cargados de azúcar, harinas refinadas y grasas malas que generan mayores probabilidades de padecer problemas de salud y también de aumentar de peso, entre otras cosas. Además, consiguen “apagar” el organismo y hacen que la persona se sienta más débil y sin ganas de hacer ejercicio, por ejemplo. Esto también genera problemas de sueño.

Consumiendo alimentos de calidad, practicando ejercicio físico de manera regular y manteniendo una buena salud mental, adelgazar es resulta más sencillo y menos traumático. Los hábitos para lograr este proceso son determinantes, pero no necesariamente incluyen dietas.