El ajo es uno de los ingredientes más apetecidos en las cocinas. Su sabor y versatilidad han llevado a que sea un producto de preferencia para ser incluido en diversas preparaciones gastronómicas. Además, ha ganado relevancia como remedio casero para tratar y prevenir el desarrollo de diversas afecciones, gracias a su elevada densidad nutricional.

Este vegetal es muy utilizado para aliviar patologías relacionadas con el corazón y el sistema sanguíneo, como presión alta, colesterol elevado, enfermedades de las arterias coronarias y la arteriosclerosis, que es la formación de placas en las paredes de las arterias.

Es un alimento que le aporta un importante número de vitaminas y minerales al organismo. Por ejemplo, es fuente de manganeso, selenio, calcio, cobre y potasio, además de vitaminas B6 y C; tiene pocas calorías y, según el portal Healthline, la mayoría de sus bondades para la salud está relacionada con los compuestos de azufre que se forman cuando se cortan, trituran o mastican sus dientes. El más reconocido es la alicina.

El ajo puede consumirse en ayudas, machacado o cortado en finas lonjas. | Foto: Getty Images

Para consumirlo, lo ideal no es tragarlo entero. Lo correcto es machacarlo o, mejor aún, cortarlo en finas láminas y, si se quiere suavizar un poco el sabor, mezclarlo con aceite de oliva, de lino, nuez o coco. De esta forma el cuerpo aprovechará sus beneficios.

Ajo para los riñones

Precisamente una de sus bondades es que ayuda a cuidar la salud de los riñones. Según información de la fundación estadounidense AARP, en su página web, este alimento es un diurético natural que ayuda eliminar el exceso de agua y sodio del cuerpo mediante los mencionados órganos, por lo que aporta en su limpieza.

De igual forma hay investigaciones que indican que ayudaría a proteger contra el daño crónico renal. Una de ellas la realizaron científicos del Instituto Politécnico Nacional de México, quienes descubrieron que la alicina, su principal compuesto activo, tiene efectos protectores contra los problemas renales por lo que se podría emplear como terapia complementaria para retardar las complicaciones de la enfermedad.

Los investigadores probaron la alicina en ratas que sufrían de insuficiencia crónica. El tratamiento lo administraron vía oral mediante una sonda cada 24 horas durante seis semanas. Al cabo de ese tiempo comprobaron que la sustancia tiene propiedades antioxidantes que disminuyen la lesión de las proteínas y lípidos en el riñón.

El ajo tiene propiedades diuréticas, depurativas, antisépticas, antibacterianas y antibióticas. | Foto: b-d-s

Así mismo, en el análisis los científicos determinaron que el mencionado compuesto aumenta el nivel de óxido nítrico, necesario para mantener la estabilidad vascular y cardiaca y mejorar la presión arterial y la función renal.

Otras bondades

Una bondad más de esta hortaliza es que ayuda a cuidar la salud del corazón. Esto se debe a que este alimento contribuye a reducir los niveles de colesterol “malo” LDL y los triglicéridos en la sangre, debido a que inhiben su oxidación, reduciendo así el riesgo de sufrir arterosclerosis.

El portal de bienestar y salud Tua Saúde indica que también disminuye la presión arterial alta, gracias a que ejerce un efecto hipotensor y favorece la circulación de la sangre por ser vasodilatador.

El ajo es bueno para hacerle frente a problemas renales. | Foto: KevinDyer/Getty Images

De otro lado, hay evidencia en seres humanos de que los suplementos de ajo tienen un impacto significativo cuando se trata de reducir la presión sanguínea en personas con hipertensión. Un artículo publicado en El Nuevo Herald indica que en un estudio, el extracto de ajo envejecido en dosis de 600-1.500 miligramos fue tan eficaz como el medicamento Atenolol a la hora de reducir la presión sanguínea durante un periodo de 24 semanas.

Una bondad más, de acuerdo con el medio digital Business Insider, es que existen estudios que apuntan a la capacidad de este producto para prevenir el cáncer. Uno de ellos fue realizado por científicos de la Universidad de Medicina de China y publicado en la revista Asia-Pacific Journal of Clinical Oncology, en el cual se concluyó que el ajo, la cebolla y otras hortalizas de la familia Allium tienen potencial para prevenir el desarrollo de esta enfermedad en el colon.

Por último, gracias a la alicina, el ajo es un antiinflamatorio natural. Este alimento disminuye la respuesta inflamatoria en el organismo que es causada por diversas enfermedades. Asimismo, sus compuestos sulfurados le proporcionan propiedades analgésicas y modulan la respuesta del sistema inmune.