En el día a día abundan factores que pueden provocar estrés, el mal tráfico, un trabajo pendiente por entregar, las preocupaciones financieras o del hogar, entre otras. Y, de hecho, es normal tener dicha reacción, puesto que esta es la encargada de impulsar a las personas a actuar para solucionar los pendientes que le causan estrés.

Sin embargo, en ocasiones, el estrés puede generar otros malestares y dificultar la realización de las tareas cotidianas. Para poder controlar mejor esta emoción, los expertos señalan que es necesario diferenciar entre los tipos de estrés que existen y qué los origina.

En este sentido, la American Psychological Association, indica que hay tres clases de estrés: agudo, agudo episódico y crónico, los cuales varían en su duración, síntomas y enfoques para tratarlos.

¿En qué consiste cada tipo de estrés?

Agudo

Es el más común de todos y surge de las situaciones demandantes que se viven cada día. De acuerdo con la American Psychological Association, también puede ser causado por presiones del pasado reciente o del futuro cercano. Suele definirse como un estrés emocionante, ya que en niveles controlados impulsa las acciones.

No obstante, cuando es difícil manejar el estrés o es demasiado, resulta agotador y puede generar otras molestias tanto físicas como emocionales, tales como la jaqueca, el malestar estomacal, irritabilidad, cambios de humor, entre otras. Lo bueno es que se trata de una condición controlable.

Agudo episódico

Cuando estos episodios de estrés agudo se repiten con cierta frecuencia se les conoce como estrés agudo episódico. Usualmente se presenta, explica la organización de psicología, en personas que aceptan muchas responsabilidades, tienen dificultades para ordenar sus tiempos y cumplir con esas auto-exigencias o presiones.

Estrés, nervios, emocional, ansiedad | Foto: RUN INC

En estos casos, la persona puede experimentar síntomas como irritabilidad, mal carácter, ansiedad, tensión y se caracterizan por siempre estar apuradas. Entre otras de las señales de que alguien puede estar padeciendo de estrés agudo episódico, es común notar un deterioro en sus relaciones interpersonales en distintos ámbitos, como el trabajo o la familia. Para estar personas se aconseja buscar ayuda profesional.

Crónico

Pese a que el estrés puede ser un propulsor para las acciones en pro de un bien, cuando se excede en los niveles manejables no es para nada positivo. Según explica American Psychological Association, el estrés crónico es el peor de los tipos de estrés porque interfiere en el desarrollo normal de la vida de una persona, destruye su cuerpo y mente.

Esta condición suele estar asociada a contextos complejos y escenarios que no siempre están bajo el control de la persona, como la pobreza, las familias disfuncionales, los conflictos bélicos u otras experiencias traumáticas. Este tipo de estrés puede llegar a conducir a consecuencias más graves como la muerte y enfermedades del corazón.

¿Cómo altera al sistema digestivo?

Como lo explica Medline Plus, el estrés es la reacción del cuerpo para responder ante distintos escenarios retadores; sin embargo, cuando esta sensación se prolonga en el tiempo puede provocar daños importantes en la salud.

Así como otros trastornos de la salud mental aumentan el riesgo de enfermedades y lesiones no intencionales e intencionales, según afirma la Organización Panamericana de la Salud, el estrés puede deteriorar el bienestar general de las personas.

Entre las complicaciones que pueden desarrollarse por el estrés se encuentran los problemas digestivos. En su blog de salud, los expertos de Arkopharma aseguran que un mal manejo de esta condición puede conducir a afecciones estomacales e intestinales como:

  • Alteraciones en el tránsito intestinal.
  • Cambios en las secreciones digestivas.
  • Pérdida de la capacidad de regeneración de la mucosa gastrointestinal.
  • Reducción del flujo sanguíneo en la mucosa.
  • Desequilibrio de la flora intestinal que dará lugar a problemas de mal absorción de nutrientes, alergias, intolerancias, entre otras.

Con el tiempo, el estrés puede implicar otros riesgos y peligros para la salud como las enfermedades cardíacas, la presión arterial alta, la diabetes, otros trastornos mentales como la ansiedad y la depresión, problemas de la piel como el acné, problemas sexuales, malos hábitos alimenticios y consumo de sustancias, por mencionar algunos.

Por esta razón, los expertos aconsejan visitar a los profesionales en caso de no poder regular adecuadamente el estrés.

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