La diabetes mellitus es un grupo de enfermedades que afecta la forma en que el cuerpo utiliza la glucosa en la sangre. La glucosa es vital para la salud dado que es una importante fuente de energía para las células que forman los músculos y tejidos. También es una fuente importante de combustible del cerebro.
Sin embargo, un nivel muy alto de glucosa en la sangre puede provocar problemas de salud graves. Las afecciones de diabetes crónica comprenden diabetes tipo 1 y tipo 2.
Los primeros síntomas de la diabetes, especialmente la diabetes tipo 2, no siempre son obvios. De hecho, estas señales pueden aparecer tan gradualmente que las personas pueden padecer de la enfermedad durante años antes de que se les diagnostique, asegura el instituto Mayo Clinic.
Dentro de los síntomas que puede generar esta enfermedad está el aumento de la sed y de la micción, fatiga, visión borrosa, pérdida de peso inesperada, aumento del hambre, llagas de curación lenta e infecciones frecuentes, encías rojas e inflamadas y hormigueo o entumecimiento en las manos o los pies.
Uno de los tantos problemas que puede generar esta enfermedad es que daña la función vesical. Más de la mitad de las mujeres y hombres con diabetes tienen disfunción vesical que se da por el daño de los nervios que controlan la función de la vejiga.
Este padecimiento puede tener graves efectos en la calidad de vida de una persona, pues son diversos los problemas de la vejiga que se presentan en hombres y mujeres que sufren de diabetes, según el portal Geosalud.
En la lista se encuentran: una vejiga hiperactiva, el control inadecuado de los músculos del esfínter, retención de la orina, además de infecciones urinarias.
En el caso de la vejiga hiperactiva, los nervios dañados podrían enviar señales a la vejiga en el momento inadecuado, haciendo que los músculos se contraigan sin aviso. Los síntomas de la vejiga hiperactiva incluyen frecuencia urinaria, que se refleja en orinar más de ocho veces al día o dos o más veces en la noche; urgencia urinaria, que son las ganas repentinas y fuertes ganas de orinar inmediatamente e incontinencia urinaria, que es el goteo de orina que sucede después de que se presentan ganas repentinas y fuertes de orinar.
Por otro lado, los músculos del esfínter rodean la uretra, el tubo que transporta orina desde la vejiga hacia el exterior del cuerpo y lo que hacen es mantenerla cerrada para retener la orina en la vejiga. La diabetes puede generar que los nervios de los músculos del esfínter se dañen, por lo que pueden aflojarse y permitir el goteo o permanecer cerrados cuando la persona trata de expulsar la orina.
Según GeoSalud, en algunas personas, el daño de los nervios evita que los músculos de la vejiga reciban la señal de que es tiempo de orinar o hace que éstos sean muy débiles y no puedan vaciar la vejiga por completo. Si la vejiga se llena demasiado, puede acumularse la orina y la presión creciente puede dañar los riñones.
Si la orina permanece demasiado tiempo en el cuerpo se puede desarrollar una infección en los riñones o la vejiga. La retención urinaria también puede producir incontinencia por rebosamiento, que es el goteo de orina cuando la vejiga está llena y no se vacía por completo.
El Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales de Estados Unidos, indica que en el caso particular de las mujeres, estas tienen más probabilidad de presentar candidiasis vaginal debido a que los organismos del hongo cándida pueden crecer más fácilmente cuando las concentraciones de glucosa en la sangre son más altas. La candidiasis vaginal puede ser incómoda o dolorosa e impedir disfrutar de las actividades, incluso de las relaciones sexuales.
Aunque algunas candidiasis vaginales pueden tratarse en casa, es importante que la persona consulte con un profesional sobre sus síntomas. Algunos signos de la candidiasis vaginal son similares a los de otros tipos de infecciones, incluso a los de las enfermedades de transmisión sexual.
Infecciones de las vías urinarias
Precisamente, las infecciones urinarias son otras de las afecciones que se pueden registrar por cuenta de los efectos del azúcar descontrolado en la sangre. Cuando las bacterias del sistema digestivo alcanzan las vías urinarias se pueden presentar infecciones. Si las bacterias crecen en la uretra, esta infección se conoce como uretritis.
Las bacterias pueden subir por las vías urinarias y causar una infección de la vejiga llamada cistitis. Según los expertos, una infección que no tiene tratamiento puede avanzar más adentro del cuerpo y causar pielonefritis, una infección de los riñones. Hay personas que pueden presentar infecciones crónicas o recurrentes de las vías urinarias.
Los síntomas de una infección del tracto urinario incluyen necesidad frecuente de orinar (que puede ser una señal de alto nivel de glucosa en la sangre), dolor o ardor en la vejiga o en la uretra al orinar, orina turbia o rojiza, las mujeres tienen presión por encima del hueso púbico, y los hombres pueden experimentar una sensación de plenitud en el recto.