La adolescencia es una de las etapas más críticas en la vida del ser humano y no solo afecta a los adolescentes sino también a toda la familia que convive a su alrededor. Esta fase implica que durante una serie de años el adolescente deberá tantear nuevas formas de comportamiento para llegar a establecer una personalidad definitiva.

Durante esta formación se presentan cambios de carácter, humor y se afectan, en mayor medida, las relaciones afectivas, porque se dificulta el contacto en algunos momentos. De este modo, los padres son de los principales afectados durante esta etapa, por lo que es fundamental que conozcan las tensiones que se dan en el interior de los adolescentes.

Según el portal web Cuerpo y Mente, el principal problemas de los adolescentes es configurase a una nueva identidad, lo cual permite que se pierda progresivamente la seguridad de sí mismo. A su vez, se cuestionan constantemente quiénes son, qué quieren y qué van a hacer en un futuro próximo. Todo esto hace que se desconozcan por completo.

Etapas de la adolescencia

  • La segunda etapa suele alcanzar hasta los 15 y 16 años y es donde se dan los mayores cambios psicológicos. Los adolescentes se desprenden cada vez más de los padres y buscan su independencia refugiándose en un grupo de amigos. Este es el momento más crítico y de mayor enfrentamiento con los padres, así como en el que hay mayor riesgo debido a las influencias del entorno. De este modo, para una mejor convivencia, los padres deben respetar esa intimidad, pero sin dejar a un lado la vigilancia prudente en caso de cualquier situación peligrosa.
Adolescente consolando a su triste amigo en la noche sentado en un sofá en la sala de estar en casa | Foto: Getty Images

Conflictos más comunes entre padres e hijos adolescentes

Rebeldía constante: algo común en esta etapa es la rebeldía frente a la autoridad familiar. Expertos aseguran que esto forma parte del desarrollo normal del adolescente, pero no significa que los padres no sigan siendo un referente importante para ellos, aunque muchas veces sean incapaces de reconocerlo.

Desorden en la habitación: el desorden forma parte de la personalidad adolescente y este mal hábito causa molestia en los padres, por lo que suelen dar sermones que pocas veces producen algún efecto positivo. Si los padres escuchan a otros padres, es posible que consigan relativizar el problema, pero es fundamental no ser excesivamente tolerantes en este aspecto porque sus efectos se podrían transformar en un motivo de rebeldía.

La hora de salir o entrar a casa: este es unos de los problemas más frecuentes en esta etapa, pero es cuando los padres más deben confiar en sus hijos sin dejar a un lado el cuidado preventivo. De este modo, es esencial que se establezcan horas de regreso a casa en función de la edad del adolescente y las actividades que vayan a hacer. Así mismo, es crucial conocer sus amigos y el entorno en el que se mueve para evitar peligros innecesarios.

Control de alcohol, drogas y tabaco: para tratar este problema es aconsejable hablar a detalle, sin abrumar, sobre los temas relacionados con las drogas, explicándoles los efectos perjudiciales que podrían acarrear para la salud y su entorno. Al igual, los padres también deben estar al corriente de lo que hacen sus hijos adolescentes en sus tiempos de ocio y tratar de mantener una relación de confianza.

Encuentros sexuales: por lo general, los adolescentes quieren experimentar con su propio cuerpo y con el de su pareja, mezclando muchas veces la exploración, las fantasías, el enamoramiento y la simple descarga sexual. Los padres deben dar un carácter de total normalidad a la sexualidad de sus hijos adolescentes y a su vez, abordar el tema con veracidad.