El ajedrez es uno de los juegos más antiguos. De acuerdo con las Naciones Unidas, “tiene un carácter intelectual y cultural, y combina elementos del deporte, el razonamiento científico y el arte. Cualquier persona, en cualquier lugar, puede jugar, ya que trasciende las barreras del idioma, la edad, el género, la capacidad física o la situación social”.

En este juego de estrategia, en el que se enfrentan dos jugadores, el objetivo es derrocar al rey del oponente. Según las Naciones Unidas, en la actualidad hay más de 2.000 variantes de este juego.

Además de ser una herramienta de análisis, diversión y espacio de esparcimiento, el ajedrez contribuye a la implementación de la Agenda 2030. “Entre otras cosas mediante el fortalecimiento de la educación, la promoción de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas, y el fomento de la inclusión, la tolerancia y el entendimiento y el respeto mutuos”, detalla las Naciones Unidas.

El ajedrez es conocido por ser un deporte que tiene beneficios para la salud del cerebro y de la mente. Según destaca Saber vivir, estimula y funciona como un entrenamiento para memoria. “En muchos niveles: visual, espacial, asociativa, etc. Tanto la capacidad de recordar movimientos o estrategias de partidas previas, como las múltiples alternativas pensadas ante los posibles movimientos del contrincante, son grandes aliadas para el ajedrecista. Y es una de las facultades que el propio juego ejercita y desarrolla en los jugadores”.

De acuerdo con un estudio publicado en New England Journal of Medicine en el 2003, practicar ajedrez ayuda a prevenir o retrasar los síntomas del Alzheimer, la demencia y otras dificultades cognitivas, asociadas con el envejecimiento.

Mejor con Salud, portal especializado en salud, destaca un estudio realizado en China en el que los resultados mostraron que la experiencia profesional en ajedrez modula la homogeneidad y los patrones de conectividad funcional en el cerebro. Asimismo, puede mejorar el la eficiencia de la transformación visual y la capacidad cognitiva.

El sitio web menciona otros beneficios:

  • “Mejora la concentración.
  • Fomenta la creatividad.
  • Entrena la memoria.
  • Mejora la capacidad de trabajo en situaciones de estrés.
  • Ayudaría a prevenir el alzhéimer”.

¿Cómo cuidar o fortalecer la memoria?

Es claro que hasta el momento no existen métodos que garanticen en un 100 % la prevención de la pérdida de la memoria. Sin embargo, existen algunas acciones y actividades que pueden ayudar a disminuir el riesgo. Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, menciona algunas recomendaciones para tener en cuenta:

1. Actividad mental: es importante mantener la mente en forma, como también se hace con el cuerpo. Tomar diferentes rutas para ir a un lugar, aprender un instrumento musical o un deporte son algunas.

2. Relaciones sociales: una buena forma alternativa para esto es establecer vínculos. Aprovechar los espacios en los que se puede hablar e interactuar ayuda a disminuir la depresión y el estrés, los cuales son dos factores que pueden contribuir a la pérdida de memoria.

3. Organización: el desorden contribuye a olvidar las cosas. Cuando la casa, el cuarto y otros espacios están desordenados, hay más posibilidades de no recordar dónde se dejaron ubicados los objetos. Una solución para esto es anotar los asuntos pendientes, las tareas, los compromisos, la lista de compra o utilizar una agenda electrónica. Se debe destinar un lugar exclusivo para las cosas que más se necesiten a diario, como las llaves, la sombrilla y la cartera.

4. Descanso: el sueño es importante para todo el bienestar del organismo y también para la memoria. Dormir ayuda a consolidar los recuerdos. Además, ayuda al cuerpo a estar fresco, concentrado y con energía.