Una fatiga o cansancio permanente puede ser un síntoma asociado a muchos trastornos, algunas veces graves. Sin embargo, en la mayoría de los casos este malestar tiene una explicación en la falta de sueño, el exceso de trabajo y la falta de hábitos saludables.
El portal Cuerpo Mente indica que hay muchos factores que contribuyen a la fatiga, entre los que destacan el dormir poco o mal, el estrés psicológico, los síntomas de resfriados y alergias, el efecto secundario de medicamentos antihistamínicos o antidepresivos y el estrés laboral. En estos casos lo natural es que la afección pase con los días.
No obstante, cuando este padecimiento se vuelve recurrente y se extiende en el tiempo, se debe prestar atención pues puede ser señal de situaciones más complejas de salud, que pueden requerir de atención médica.
Cuando este malestar persiste puede obedecer a una celiaquía no diagnosticada o problemas para digerir el gluten; tener el hígado enfermo o problemas con la tiroides. Quienes sufren hipotiroidismo o una predisposición a padecer esta enfermedad también sienten una gran fatiga y falta de energía sin motivo.
También puede ser un problema de insomnio o síndrome de fatiga crónica. Este último es un problema complejo que no tiene una única causa. La biblioteca médica MedlinePlus asegura que se trata de una enfermedad grave y de larga duración que afecta a muchos sistemas del cuerpo e incluso puede dificultar la realización de actividades diarias.
Cuando se trata de casos leves, hay algunos remedios caseros que pueden ayudar a aliviar el malestar.
1. Tomar jugos naturales: Los jugos y zumos de frutas y verduras naturales son una buena forma de brindarle al organismo parte de los nutrientes que necesita para estar sano y enérgico, señala el portal Mejor con Salud. La recomendación es consumirlos preferiblemente frescos, sin azúcar ni edulcorantes, como parte de un desayuno o merienda.
2. Proteína: Para mantener una dieta equilibrada es importante asegurarse de consumir suficiente cantidad de proteína. De lo contrario, el cuerpo podría experimentar fatiga con regularidad. La proteína no solo se halla en productos de origen animal como carnes, huevos o lácteos, sino también en productos de origen vegetal, tales como: semillas, aguacate, legumbres y frutos secos.
3. Comer nueces: Comer siete nueces le proporcionará al cuerpo todos los ácidos grasos omega-3 que necesita al día. Este tipo de grasa mejora la circulación sanguínea y, con ello, el transporte de oxígeno al cerebro. Las nueces hacen que el cerebro funcione a mayor velocidad y de esta forma se evita el cansancio, según Cuerpo Mente.
4. Cambiar de aceite: El consumo de aceites poliinsaturados como los aceite de soya y girasol y de un exceso de frituras, puede hacer que el cuerpo se sienta cansado y confuso. Lo ideal, según Mejor con Salud, es consumir aceite de oliva virgen crudo en ensaladas y otros platos.
5. Suplemento de ginseng: Según la medicina alternativa, el ginseng puede ser un buen remedio coadyuvante para hacerle frente a la fatiga. Si el médico autoriza su consumo, se podría tomar a diario, en forma de suplemento. Siempre es importante consultar al especialista antes de consumirlo.
6. Hierro: La falta de hierro puede provocar anemia, que puede hacer que la persona se sienta fatigada. Cuando se tienen bajos niveles de hierro se debe incrementar la ingesta de alimentos que lo contengan como: carnes rojas, pescados y mariscos, huevos, quinoa, legumbres y vegetales de hojas verdes. En caso de no conseguirlo, se pueden consumir algunos suplementos.
Cambios en el estilo de vida
Si bien estas alternativas naturales pueden ayudar, lo ideal es generar cambios en el estilo de vida, según indica el portal Live Healthily.
- Seguir una dieta equilibrada
- Reducir la ingesta de alcohol
- Reducir la cafeína
- Añadir el ejercicio en su rutina diaria
- Controlar los niveles de estrés
- Dormir bien. Para cumplir con este propósito es importante levantarse a la misma hora todas las mañanas, acostarse un poco antes si se requiere recuperar sueño perdido, evitar las pantallas, el ejercicio y las comidas pesadas cerca de la hora de irse a la cama y evitar las siestas durante el día.