La anemia es una afección que se desarrolla cuando la sangre produce una cantidad inferior a la normal de glóbulos rojos sanos, según el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre, de Estados Unidos.
Cuando una persona sufre de anemia es porque no obtiene suficiente cantidad de sangre rica en oxígeno, lo que ocasiona cansancio o debilidad. De igual forma, el paciente puede presentar dificultad para respirar, mareos, dolores de cabeza o latidos cardíacos irregulares.
La citada fuente indica que la anemia puede ser leve, pero también grave en algunos casos. La primera es una afección frecuente y tratable que puede desarrollarse en cualquier persona y se puede presentar de manera repentina o desarrollarse con el paso del tiempo.
Cuando la enfermedad es leve, normalmente se registra porque la persona lleva una dieta deficiente en algunos nutrientes, el consumo de determinados medicamentos u otra afección médica. “La anemia también puede ser crónica, lo que significa que dura mucho tiempo y es posible que nunca desaparezca por completo. Algunos tipos de anemia se heredan. El tipo más común es la que se da por deficiencia de hierro”, precisa la mencionada institución.
Aunque en la mayoría de los casos la anemia puede ser tratable y no ser grave, también en oportunidades puede ser un signo de una afección más grave, como sangrado en el estómago, inflamación por una infección, enfermedad renal, cáncer o enfermedades autoinmunes.
El instituto de investigación Mayo Clinic indica que los tratamientos para la anemia dependen de la causa y pueden abarcar desde tomar suplementos de hierro o vitaminas, hasta someterse a procedimientos médicos. Una de las mejores formas de prevenir esta enfermedad es cuidando la alimentación y llevando una dieta equilibrada.
Uno de los alimentos recomendados para mejorar las condiciones generadas por la anemia es la espinaca. Las hojas de esta verdura son conocidas por ofrecer un elevado contenido de minerales como hierro y calcio, además de vitaminas A, B9, C y E, betacaroteno y fibra.
Según el portal Mejor con Salud, la espinaca posee unos 4,1 miligramos de hierro por cada 100 gramos de peso. “Se recomienda consumir una porción de 200 gramos de espinacas por día, para obtener aproximadamente el 20 % de los nutrientes de hierro”, precisa este sitio web.
El portal Cuerpo Mente indica que si bien el hierro de origen vegetal se absorbe con mayor dificultad que el que proviene de productos animales, la vitamina C, procedente tanto de la propia espinaca como de otros alimentos, ayuda a que el organismo pueda asimilarlo mejor.
Existen varias formas de consumir este vegetal. La primera es ingerir las hojas crudas, lo cual puede hacerse principalmente cuando éstas están frescas y luego de lavarlas muy bien. Se pueden agregar a ensaladas, por ejemplo, adicionando un poco de aceite de oliva y una pizca de sal.
Las hojas frescas también se pueden cocinar, luego de realizar un proceso de lavado con abundante agua fría. Según Cuerpo Mente, para hervirlas no se requieren más de ocho minutos, luego se colocan en un escurridor y se mojan brevemente con agua fría para detener la cocción.
“Para conservar su color verde es importante emplear agua abundante con un puñado de sal y sumergirlas cuando alcance la plena ebullición”, precisa la citada fuente. Otra de las maneras de preparar la espinaca es saltearla en aceite de oliva.
Otros alimentos ricos en hierro
Así como esta verdura, hay otros alimentos que aportan una buena cantidad de hierro al organismo, por lo que son aptos para las personas que padecen de anemia.
En este listado se encuentran las proteínas de origen animal como la carne; la avena, que junto con la cebada y el arroz son ricos en el mencionado mineral; el maní, los huevos, los tomates y legumbres como lentejas, fríjoles, soya y garbanzos.
De igual forma, según el portal Healthline, también son ricos en hierro los mariscos, las semillas de calabaza, la quinua, el brócoli y el chocolate negro.
Una de las principales conclusiones de los expertos es que la alimentación equilibrada y saludable, acompañada de ejercicio regular, siempre será la mejor forma de mantener la salud del organismo.