El colesterol es una sustancia cerosa y parecida a la grasa que se encuentra en todas las células del cuerpo, pues se necesita para producir hormonas, vitamina D y sustancias que ayudan a digerir los alimentos, de acuerdo con Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
No obstante, cuando el colesterol se eleva, es posible que se formen depósitos grasos en los vasos sanguíneos y con el tiempo, estos depósitos crecen y hacen que sea más difícil que fluya suficiente sangre a través de las arterias. A veces, esos depósitos pueden romperse de repente y formar un coágulo que causa un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular.
Además, la entidad también indicó -en su portal web- que esta enfermedad puede heredarse o puede ser consecuencia de un estilo de vida poco saludable, como por ejemplo, comer muchas grasas dañinas. La grasa saturada se encuentra en algunas carnes, productos lácteos, chocolate, productos horneados y alimentos procesados y fritos.
Otras causas del colesterol alto son el sedentarismo, la falta de ejercicio, fumar, la obesidad, la edad y la diabetes.
Por su parte, el sistema inmunológico es una compleja red de células, tejidos y órganos que juntos ayudan al cuerpo a combatir infecciones y otras enfermedades, de acuerdo con Medline Plus, web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Asimismo, el sistema inmunitario defiende al cuerpo contra sustancias que considera dañinas o extrañas, estas se llaman antígenos. Pueden ser gérmenes como bacterias y virus, o sustancias químicas o toxinas, o también pueden ser células dañadas por el cáncer o quemaduras solares.
En ese sentido, de acuerdo con el portal Verleal reveló que la zanahoria ayuda a reducir el colesterol y fortalecer el sistema inmune.
“La zanahoria es un tubérculo del que a menudo se dice que es el alimento saludable perfecto. Esto se debe a que es deliciosa, versátil y altamente nutritiva, pero baja en calorías”, aseguró Ana Carolina de Barrascout, nutricionista certificada en coaching nutricional de Qílife Smart Nutrition a Prensa Libre de Guatemala.
Asimismo, Kate Zeratsky, dietista de Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, dijo: “Creo que las zanahorias son maravillosas, solo porque son tan simples. Se las puede comer crudas o cocidas y, sin duda, permiten comer la porción diaria de alguna verdura de color naranja o amarillo”.
Así las cosas, una forma de consumir la zanahoria es entera o también se puede hacer jugo. Para prepararlo hay que lavar cuatro zanahorias y pelarlas. Después se ponen en la licuadora con cuatro tazas de agua y se licuan hasta conseguir una mezcla homogénea. Finalmente, se sirve el jugo y consuma.
Asimismo, otra manera de preparar jugo de zanahoria es con miel y para hacer la preparación se requieren de cuatro zanahorias, un limón, tres vasos de agua y miel. Una vez listas y lavadas, se debe proceder a cortar la zanahoria en cubitos y verterlos junto con el limón y el agua en la licuadora. Una vez se haya obtenido una mezcla homogénea, se puede colar o beber directamente. En caso de querer agregar un toque dulce, se le puede adicionar un poco de miel.
No obstante, es importante señalar que ningún alimento por sí solo va a ser capaz de curar una enfermedad, por ello, al igual que con cualquier alimento que se quiera incluir en la dieta diaria, es importante consultar al médico tratante o a un nutricionista sobre cuál es la mejor manera de consumir, y si las condiciones médicas ya existentes no son un impedimento para beneficiarse de las propiedades del alimento ya nombrado, pues la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica.